¿Megafraude o hiperinflación electoral?, por Juan Vicente Gómez
Autor: Juan Vicente Gómez | [email protected]
El nuevo engendro oficialista de ampliar un 4 en 1 electoral para el 22 de abril no tardó en convertirse en el blanco de las críticas opositoras que deberán insistir en la estrategia abstencionista, previamente acordada, agregando algún plus de “pataleo activo” para salirle al paso a la locura planteada por Cabello este martes y refrendada por Maduro al día siguiente.
Lo hemos escrito hasta el cansancio: mientras más acorralados se encuentran en el gobierno por sus múltiples errores, más vertiginosas son las huidas hacia adelante, los arranques demenciales que ellos vislumbran como ideas geniales. Estas ideas deberían chocar contra el muro que la Constitución y la realidad les imponen, pero además deben quedar desenmascaradas y confrontadas por los sectores políticos e intelectuales, para poder potenciar su rechazo entre la población que resulta ultrajada en el atropello de algunos derechos fundamentales.
Inventarse un Petro como única medida desesperada ante la bancarrota republicana o lanzar este proyecto de Megaelecciones son locuras equivalentes, ambas inconstitucionales, destinadas al fracaso, y que quizás solo requieran de “paciencia y salivita” para que se caigan por su propio peso, para que fallen desde su improvisada y oprobiosa concepción»
El ritmo atropellado que plantea el régimen para elegir hasta a la Miss Venezuela antes de que transcurran dos meses le terminará costando la “legitimidad de origen” al cetro de Mr. Maduro, un “suicidio político” ya vislumbrado por Julio Borges, pero que parece no quitarle el sueño a los rojitos, quienes seguramente también manejan planes “B”, “C” y “D” para cuando el “Plan A” cumpla (o esperemos que no cumpla) efecto. Si algo hay que reconocerles a estos adversarios es su capacidad, casi infinita, de generar escenarios y respuestas ante cualquier tipo de situaciones.
A la oposición, quizás algo más timorata hasta ahora mientras ensamblaba su contrapunteo de respuesta “unitaria”, solo le queda “bailar con la más fea”, desarticular el intento Megaelectoral del 22A, y “comprar tiempo” mientras se negocian otras fechas y condiciones comiciales que ofrezcan un mínimo de garantías de imparcialidad en una eventual cita presidencial. Ojo: sólo presidenciales y nada de “4 en 1”. El adelanto de todo lo que no estaba planteado previamente debería quedar excluido de cualquier tipo de negociación. Conocer las estrategias de reacción de la MUD para enfrentar el inminente fraude propuesto por Maduro es la gran interrogante que queda por despejarse en el escenario político actual del país.
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