Mercado farmacéutico crece entre enero y junio tras caer 81% en los seis años previos
En la primera mitad del año el mercado farmacéutico vendió 72,9 millones de unidades, lo que significa un aumento de 10,6 millones en comparación con las 62,2 millones de unidades comercializadas durante el primer semestre de 2020
El mercado farmacéutico venezolano creció 17,11% durante el primer semestre de 2021 con respecto al mismo periodo del año pasado como respuesta a la pandemia de la covid-19, de acuerdo con cifras suministradas a TalCual por la Cámara de la Industria Farmacéutica (Cifar).
En la primera mitad del año el mercado vendió 72.946.166 unidades, lo que significa un aumento de 10.655.760 en comparación con las 62.290.406 unidades comercializadas durante el primer semestre de 2020. Casi un 60% de los medicamentos que circularon en el mercado son producidos en el país y el restante importados.
La disminuida industria nacional representada por Cifar, que afilia a 24 empresas (17 con plantas de producción y siete casas de representación), produjo aproximadamente el 56% (40,8 millones) del total de unidades vendidas en el primer semestre de 2021.
Los productos más vendidos fueron alcohol antiséptico, acetaminofén, vitaminas del complejo B, diclofenac potásico, azitromicina, antigripales y alprazolam.
El precio promedio de estos rubros fue de 2,66 dólares, muy por debajo de la media de otros países latinoamericanos, entre nueve y 12 dólares. Esto evidencia lo deprimido que está el mercado venezolano luego de ocho años de caída de su economía y de más de tres años y medio de sufrir una crisis hiperinflacionaria, pues a pesar de que los precios en el país son más económicos que en otros, buena parte de la población no puede acceder a ellos.
Por ejemplo, una presentación de un oxigenante cerebral con 56 pastillas de 10 mg cuesta en Venezuela 35 dólares, mientras que en España una caja de 30 pastillas de 5 mg cuesta 129 euros. «La diferencia es abismal», afirma Jesús Montilla, hermano de una paciente de Alzheimer.
Pero esos 35 dólares representa más de la mitad, 63% para ser específicos, del salario promedio de la economía formal venezolana, que de acuerdo a un estudio realizado por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) a principios de año se ubica en 55,5 dólares.
«El problema en Venezuela está en el bolsillo de la población, es un problema económico más que de precio», afirma el presidente de Cifar, Tito López.
Otro caso que muestra la amplia brecha de los precios de medicinas en el país con otras naciones es el de Javier Cabezas, quien dijo a este medio que compró dos cajas de un medicamento para el colesterol en Venezuela por menos de cuatro dólares, mientras que su hijo en España las consiguió por 32 euros cada una. «A pesar de eso tenemos un mercado deprimido», señala López.
El directivo de Cifaar señala que mientras en Venezuela el producto que encabeza la lista de los 20 más vendidos es el alcohol antiséptico -aun cuando no es un producto farmacéutico como tal-, en otros países los medicamentos que más se mueven son para patologías crónicas, como enfermedades cardiovasculares y diabetes.
El industrial sostiene que la leve mejoría que presenta el sector no quiere decir que la industria nacional esté oxigenada, pues el hecho de que el producto de mayor venta en Venezuela sea el alcohol y la mayoría de los otros 10 para terapias de la covid-19, muestra que probablemente sin la pandemia el sector continuaría registrando el sostenido decrecimiento que sufre desde 2014.
Por otro lado, el sector farmacéutico aún no ha tenido un mes que supere las ventas de marzo de 2020, cuando se vendieron 14.698.434 unidades en el país, ello debido a compras nerviosas luego de confirmarse los primeros casos de covid-19 en el país y ordenara aplicar una cuarentena en todo el territorio para tratar de controlar la propagación del virus. Entre marzo de 2020 y marzo de 2021 el mercado cayó 6,48% al bajar levemente a 13.746.661.
Cifar prevé que en 2021 se vendan 150 millones de unidades, lo que significaría un incremento de 11,9% en comparación con 2020, cuando se vendieron 134 millones, cifra que representó un aumento de 19% respeto a 2019.
«Desde 2020 hemos visto que la caída del mercado ha parado y hasta pudiera decirse que hay algo de estabilización, pero el problema es que cuando vas a fondo ves que lo que se vende más son productos que se utilizan para la covid-19, pues si no hubiera pandemia no se cómo estaría la industria. Seguiríamos en decrecimiento«, dice López.
La proyección de 150 millones de unidades vendidas para el cierre de 2021 representa una caída de 78,9% frente a las 714 millones de unidades que se vendieron siete años atrás.
En 2020 se comercializaron 134 millones, lo que significó una caída de 81% respecto a 2014.
La leve mejoría del mercado también se debe a la entrada de casas de representación que han surgido en los últimos dos años, que han satisfecho una demanda que dejaron desatendidas las trasnacionales que se fueron del país luego de años de control de cambio y de precio. Estas compañías internacionales producían e importaban productos básicamente para enfermedades crónicas.
En 2018 la escasez había llegado a unos niveles alarmantes. De cada diez medicinas que los venezolanos buscaban, solo conseguían una y media. Tanto Cifar como la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven) ubicaban el desabastecimiento en 85%. Según una encuesta realizada por la Comisión de Desarrollo Social del Parlamento de Venezuela, la escasez de medicamentos en los hospitales llegó a 88%. Actualmente, según Cifar, la escasez no supera el 10%. En el país también han entrado medicamentos como consecuencia de la liberación de restricciones y pago de impuestos por importación a medicinas terminadas.
Fuentes del sector han denunciado que el Estado permite que entren al país medicinas sin tener el registro sanitario venezolano otorgado por el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, solo el del país de origen.
El 4 de abril, el Ministerio de Salud emitió la resolución 075, publicada en la Gaceta Oficial 41610, que permite a las compañías farmacéuticas que no estén domiciliadas en Venezuela traer medicamentos que no se producen en el país. Esas personas jurídicas «interesadas en contribuir solidariamente con el combate al bloqueo económico y su repercusión en el acceso a medicamentos para la población de Venezuela» tendrán como opciones unas alianzas estratégicas con las empresas del Estado y la instalación y funcionamiento de una casa de representación.