Mike Pence: «En Venezuela comenzamos con el Vicepresidente»
Las confesiones del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, en la Casa Blanca demuestran que la administración de Donald Trump no se anda por las ramas con respecto a Venezuela
Santiago Boccanegra
En Washington la actitud sobre Venezuela cambió con Donald Trump. Cuando Lilian Tintori fue a la Casa Blanca junto con Mitzy de Ledezma, se reunió con un encargado para América Latina de ese gobierno, y luego el vicepresidente Mike Pence las recibió para informarles que el Presidente estaba enterado de su visita y de «lo que ocurre en Venezuela». Entonces fueron al Despacho Oval donde hablaron por más de media hora (junto a Melania Trump y Marco Rubio). Aunque las expositoras fueron minuciosas, los gringos estaban más enterados: sabían a detalle del caso Leopoldo López, conocían las penurias por escasez de medicinas, alimentos y servicios básicos, así como los detalles de la situación política y el manejo de la administración nacional.
Nos cuenta un informante (Trump dirá que Obama lo tiene pinchado, pero no) que Tintori soltó que hacía falta que EEUU mostrara una posición firme frente a los desmanes de Maduro, a lo que Mike Pence le habría dicho que ellos ya lo estaban empezando a hacer. «Comenzamos con el Vicepresidente», afirmó. Tan solo tres días antes se anunciaron las sanciones del Departamento del Tesoro contra «el califa de Aragua», como lo llaman algunos en la oposición, por supuestamente ser un «Kingpin» del narcotráfico junto al empresario Samark López Bello, señalado como su testaferro. También el mandatario norteamericano dijo en Twitter que Leopoldo López debería estar libre y el Pentágono publicó esta semana un duro informe sobre Derechos Humanos en Venezuela.
Está claro que la administración Trump va con todo -lo cual no significa que viene una «intervención militar» como anuncian los trasnochados-; mientras Maduro sigue afirmando que a Trump lo tienen engañado. Todo indica que ni Putin podrá parar lo que el «Imperio» le prepara a quienes despotrican de él pero se forran los bolsillos con sus billetes verdes.
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