Milagro al revés, por Teodoro Petkoff
Hace años, en tiempos de la Guerra Fría, circulaba un chiste anticomunista que daba cuenta de que había llegado el comunismo a Arabia Saudita y como consecuencia de ello se había acabado la arena. De hecho, lo que provocó, más que nada, el derrumbe del imperio soviético fue la avasalladora decepción de la gente común ante la escasez de todo, manifestación clamorosa de una economía que se había quedado sin fuelle tras más de medio siglo de comunismo. Ahora, recientemente, en su dramático discurso ante la Asamblea Nacional de su país, Raúl Castro contaba que hace años en Vietnam no se producía café y que con ayuda de técnicos cubanos aprendieron a hacerlo. Hoy, dijo Raúl, Vietnam es el segundo exportador de café en el mundo y los cubanos tienen que importarlo de aquel país porque ya en el suyo ese cultivo desapareció después de alguno de los fantasiosos «planes» de Fidel Castro, que han liquidado hasta la producción de azúcar.
Para rematar, Raúl contó que preguntado un ministro cubano por un homólogo vietnamita por tan extraño fenómeno, habría respondido, dijo Raúl, con un inocultable retintín sardónico en la voz, que seguramente eso era culpa del «bloqueo». Estas, pues, fueron y son las vainas del socialismo real.
Aquí no tenemos ni comunismo ni socialismo real o irreal sino un régimen personalista, cada vez más cerca del ejercicio dictatorial del poder, pero que si en algo se está pareciendo a los socialismos y comunismos del siglo XX es precisamente en la incompetencia e incapacidad de sus funcionarios, particularmente en la inoperancia de una política económica que nada entre las dos aguas del capitalismo y del estatismo. En otras palabras, incluso si Chávez y sus funcionarios fueran eficientes y capaces, la cosa tampoco funcionaría, porque este es un híbrido sin destino. Pero, para colmo, la economía la dirige un tipo tan mediocre como fue siempre, que después de viejo, además, se ha vuelto un mentiroso contumaz, que como los antiguos estalinistas cree poder sustituir la realidad con sus mendacidades.
Con decir que esta gente está llevando a la sala de terapia intensiva a la propia industria petrolera. Entre 2005 y 2010 nuestra producción petrolera ha descendido UN MILLÓN DE BARRILES DIARIOS.
No es difícil de entender la causa. En 2002 había 20 mil pozos en producción. En la actualidad quedan 14 mil bombeando crudo. La explicación la dan hasta los sindicalistas gobierneros: falta de mantenimiento y de reparación de pozos. La razón de fondo: una caída inexplicable en la inversión. Para este año se anuncia una inversión de 10.500 millones de dólares, igual a la del año pasado, que fue, a su vez, 6 mil millones inferior a la presupuestada para 2009. Por otro lado, Pdvsa tiene ya una deuda que pisa los 30 mil millones de dólares.
Menos mal que este hombre sale el 2012, porque al paso que vamos, si continuara en el poder nos quedaremos hasta sin petróleo.