Minidevaluaciones se suman a los regímenes cambiarios sin éxito para contener el dólar
Desde el pasado 11 de octubre se liberó el ancla del tipo de cambio nominal oficial y se permitió aumentos diarios en la tasa cambiaria que oscilan entre 0,2% y 3,6% acompañado de una activa venta de divisas. El dólar BCV muestra un incremento de 16% y 11% en octubre y noviembre, respectivamente
El precio del tipo de cambio oficial y paralelo continúan su ritmo ascendente en la economía venezolana. Varias políticas económicas se ejecutaron en los últimos 20 años, pero no han podido cumplir su meta de estabilizar el mercado. Expertos señalan que el Banco Central de Venezuela (BCV) abandonó la fijación de la tasa cambiaria e ingresó en una etapa de crawling peg o de minidevaluaciones, como una manera de acercarse a la cotización no oficial que cada vez se aleja más.
Desde octubre pasado se observó un aumento de la tasa de cambio del BCV. Solo en ese mes, el aumento fue de 16% al pasar de 36,91 a 42,85 bolívares por dólar. Mientras que en noviembre el incremento fue de 11% al llegar este viernes 29 a 47,60 Bs/$. Con este resultado se rompió la «estabilidad» en el ritmo de crecimiento de la paridad cambiaria en el mercado oficial.
Durante el mismo período (octubre-noviembre), el dólar no oficial se enfiló hacia el alza, al mostrar una variación de 28,67% al pasar de 43,98 a 56,59 bolívares por dólar. A pesar de que el gobierno dejó depreciar la moneda, la brecha cambiaria se amplió mucho más.
Para el economista Francisco Contreras, la brecha cambiaria en Venezuela persiste a pesar de la implementación de políticas monetarias y fiscales restrictivas. Explicó que este fenómeno se debe a una interacción compleja de factores estructurales, económicos y psicológicos que amplían y consolidan esta distorsión.
«En el ámbito estructural, la insuficiencia en la oferta de divisas y la rigidez del régimen cambiario favorecen el crecimiento del mercado paralelo. Estas limitaciones crean un entorno propicio para la especulación y el arbitraje, que distorsionan aún más el sistema cambiario», dijo.
Desde 2003 y hasta la fecha se han ejecutado varios esquemas para proveer de divisas al sector importador público y privado, al tiempo que buscaba mantener a raya el tipo de cambio. Entre estos sistemas destacan los bonos cambiarios del BCV, los títulos de deuda en divisas de la República y de Pdvsa (que generó en el mercado permuta), el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme), el Sistema Complementario de Divisas (Sicad), el Sistema Alternativo de Divisas (Sicad 2), el Sistema Marginal de Divisas (Simadi), el Sistema de Divisas Protegido (Dipro) y el Sistema Complementario de Divisas (Dicom).
En los últimos tres años, las autoridades monetarias y financieras apuntaron por las llamadas mesas de cambio en la banca venezolana con el anclaje del tipo de cambio y la intervención del BCV con venta de divisas, al tiempo que flexibilizaron las operaciones con divisas para dar paso a la dolarización de facto.
Todo ello estuvo acompañado de varias reformas de la Ley del BCV, de la creación, modificación y derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios, de la creación de un organismo administrador de las divisas (Cadivi) y su posterior conversión en Cencoex (Centro Nacional de Comercio Exterior); así como de la aparición de la Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Corpovex), la cual se encargó de centralizar la importación y suministro de bienes a empresas públicas y privadas. Aunque todo ello en el marco del control de cambio: la política que más distorsionó la economía y de la cual aún el país sufre las consecuencias.
Pero el resultado hasta ahora es la de una imparable devaluación del bolívar, que genera presiones inflacionarias. De acuerdo a las estimaciones de organismos multilaterales y consultoras privadas sobre el índice de precios, la tasa podría cerrar entre 35% y 50%.
Hace dos semanas, el economista José Guerra, señaló que el BCV en una nueva etapa en 2024 «va devaluando diariamente la tasa de cambio oficial porque no puede mantener el tipo de cambio fijo». Al observar, cómo había subido el dólar oficial, lo calificó de ser un «claro régimen de minidevaluaciones».
«La economía se desancló totalmente y perdió la referencia del tipo de cambio fijo que había tenido para la formación de los precios y ahora la trayectoria de precios y bienes empieza a tomar un nuevo impulso. Porque aquella ancla se acabó», acotó Guerra.
Indicó -sin embargo- que el BCV no tiene la reserva suficiente para mantener el ritmo del crawling peg, en consecuencia, la tasa oficial empieza a perseguir a la tasa paralela para cerrar la brecha y eso se traducirá en una inflación más alta y salarios más reducidos.
A juicio de Contreras, lo sucedido con la ampliación de la brecha cambiaria, entre lo factores económicos resaltan las expectativas devaluatorias. «Los agentes económicos anticipan que un tipo de cambio oficial insostenible eventualmente será corregido. Este comportamiento alimenta la demanda en el mercado paralelo, reforzando la brecha».
Explicó Contreras que en el terreno económico, las expectativas de devaluación y la presión inflacionaria intensifican la demanda de dólares en el mercado informal, agravando la discrepancia entre el tipo de cambio oficial y el paralelo. Un elemento clave en este escenario es la desconfianza. «La inconsistencia y la imprevisibilidad erosionan la credibilidad y alimentan la percepción de inestabilidad, lo que refuerza la preferencia por el dólar como refugio de valor. Esto demuestra que las políticas restrictivas son insuficientes para modificar las expectativas de desequilibrio mientras persisten problemas estructurales y una demanda inelástica de divisas en el mercado no oficial».
El economista Daniel Cadenas señaló en un Instagram live organizado por Cedice Libertad, que todos los regímenes cambiarios aplicados en la economía venezolana no «dieron resultados» y sí una reducción de las reservas internacionales del BCV, mientras que dio paso a lo que considera otro régimen cambiario: la dolarización informal. Recalcó que la política cambiaria de anclaje debía replantearse, pero que con las actuales reservas de divisas del BCV es difícil ejecutar cualquier esquema.
«Las opciones son pocas, pues los mismos hacedores de política se han encargado de agotarlas. En mi opinión el uso del tipo de cambio como ancla nominal, en una economía con tan alta dolarización, no tiene mucho sentido (…) Los resultados a fin de año no serán los que se estimaban anteriormente, si se sigue ampliando la brecha cambiaria», acotó.
Para la Academia Nacional de Ciencias Económicas (ANCE) la actual incertidumbre y la presión sobre el tipo de cambio anticipa un recrudecimiento de la inflación en el país, así como la posibilidad de una importante desaceleración en el crecimiento. A pesar de que el ritmo de depreciación nominal del bolívar medido a través de la variación interanual del tipo de cambio promedio oficial en el Sistema de Mesas de Cambio se desaceleró a 12% al cierre de octubre 2024 desde 320% en octubre 2023, nuevamente se aceleró el ritmo de la cotización del dólar oficial.
«Desde el 11 de octubre liberaron el ancla del tipo de cambio nominal oficial y comenzaron a permitir aumentos diarios en el tipo de cambio que oscilan entre 0,2% y 3,6% acompañado de una activa venta de divisas del Banco Central de Venezuela».
La Academia recordó que la mayor afluencia de divisas permitió al gobierno mantener su política de atraso cambiario para contener el alza de precios, junto a la astringencia del crédito y la reducción del gasto público. Sin embargo, la creciente incertidumbre política estimuló el alza en su precio. Ello ha impedido que aumenten las reservas internacionales, que están muy bajas, manteniéndose el sector externo en una situación vulnerable. A la fecha, las reservas del BCV se encuentran en 10.277 millones de dólares, casi el mismo monto de los últimos años.
De acuerdo con la intervención cambiaria semanal del BCV, según estimaciones de Síntesis Financiera, las ventas brutas de divisas en efectivo a octubre 2024 totalizaron 3.536 millones de dólares (2.981 millones de dólares en igual período 2023). Como complemento a la oferta de dólares en el mercado cambiario, Síntesis Financiera estima que en los primeros 10 meses de 2024 Chevron vendió a través de las mesas de cambio bancarias alrededor de $2.000 millones, en promedio $200 millones mensuales.
«Desde la fecha electoral del 28 de julio el dólar ha aumentado en 19% en el mercado paralelo, ampliando su diferencia con la cotización oficial. Ha obligado a un mayor deslizamiento de ésta, en un intento por disminuir las tentaciones especulativas en el mercado cambiario. Aumenta la incertidumbre sobre la sostenibilidad de la actual política antiinflacionaria», destacó ANCE en un informe.
Destaca la Academia que la brecha que se forma entre la tasa del tipo de cambio oficial y la de mercado se amplió por la presión de la demanda y no pudo ser cubierta por las autoridades a pesar de las múltiples intervenciones en el mercado del Banco Central, un síntoma de la desconfianza que tiene la ciudadanía en quienes instrumentan las políticas en la actualidad y de la insatisfacción que priva por la tergiversación de los resultados electorales del 28 de julio. A lo anterior se suma el incremento de la liquidez, tanto de la base monetaria como de los agregados más amplios, en consonancia con cierto incremento del crédito doméstico en términos reales.
«Si la proyección durante el primer semestre podría haber augurado mejores resultados, el segundo, mostró una clara desaceleración económica, evidenciándose las inconsistencias entre la política anclaje cambiario y la inestabilidad subyacente», indicó.
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