Movistar invertirá $500 millones en Venezuela para desarrollar su red 4G y 5G
Como parte del proyecto para desarrollo de 5G, Movistar instalará 805 nodos en todo el país en los próximos años gracias a la inversión de su casa matriz Telefónica de España
Movistar junto a Telefónica de España invertirá 500 millones de dólares (casi 490 millones de euros) en el despliegue de tecnologías 5G y en fortalecer su red 4G en Venezuela tras obtener un nuevo bloque de espectro radioeléctrico en la banda de 2.600 megahercios (MHz) en un proceso de subasta acometido en el país.
El desarrollo de la red 5G de Movistar será bajo el esquema de Dynamic Spectrum Sharing (DSS) en la banda de 2.600 MHz, donde ya la compañía tenía espectro. El presidente de Movistar en Venezuela, José Luis Rodríguez Zarco, señaló que tanto 4G como 5G representan inversiones muy importantes que se traducen en más personas conectadas.
Agregó Rodríguez Zarco que la inversión será de 250 millones de dólares cada año. «Tenemos que esforzarnos en mejorar todas nuestras plataformas inteligentes, que es lo que estamos haciendo desde hace algún tiempo (…) La tecnología avanza mucho más rápido de lo que podemos suponer y tenemos que estar muy al tanto», añadió Rodríguez Zarco a la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel).
Movistar tiene 8,8 millones de usuarios en Venezuela, según datos oficiales, lo que equivale a 42% del mercado de telefonía móvil en el país, que cuenta con un total de 21,1 millones de suscriptores.
«Esta tecnología es innovadora, permitirá una convivencia progresiva, fluida y eficiente entre las redes 4G y 5G, optimizando el uso del espectro disponible y ofreciendo una experiencia al usuario con altos estándares de calidad», precisó el director de Negocio Mayorista y Asuntos Públicos de Movistar, Rowil Contreras.
Como parte del proyecto para desarrollo de 5G se instalarán 805 nodos en todo el país en los próximos años. «Esto nos va a permitir realizar un despliegue rápido y eficiente para brindar un servicio 5G con cobertura prácticamente nacional y una red 4G cada vez más robusta», explicó la directora de Tecnología de Movistar, Esther Borges.
«Esta solución tecnológica proporciona una mejor experiencia de uso con mayor velocidad, brinda un equilibrio entre cobertura y capacidad, potencia la propagación al interior de las edificaciones -lo que la hace ideal para ambientes urbanos y densamente poblados- y ofrece mayor estabilidad y consistencia en la conexión», según recalcó Telefónica en un comunicado divulgado por medios españoles.
Telefónica y Venezuela
La filial venezolana de la operadora forma parte de Hispam, la marca que también aglutina sus operaciones en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, México y Uruguay. Unos mercados que se le han complicado a Telefónica en los últimos años, después de acumular pérdidas y juicios millonarios que, en algunas ocasiones, se juntaban con la dificultad de operar en países con una gran inestabilidad política.
Con la llegada de Marc Murtra a la presidencia de Telefónica está por ver hasta qué punto se revisa la estrategia de la compañía. Pero bajo el mando de José María Álvarez-Pallete el plan en Hispanoamérica, donde la operadora se instaló hace más de 30 años, parecía claro.
«El objetivo es intentar generar un retorno que bata el coste de capital porque el accionista nos pide que generemos rentabilidad sobre los activos», explicó el propio Pallete en septiembre del año pasado, en una conferencia en el Club Siglo XXI. «¿Qué significa esto? Pues que en algunos de estos países por diferentes motivos no somos capaces de generar valor, y tenemos que ser capaces de que esto sea así. Esto pasa porque reestructuremos, fusionemos o que haya alguien que le pueda sacar más valor a nuestra compañía de lo que nosotros somos capaces», añadió el por entonces presidente de Telefónica.
Durante años Venezuela fue un nicho importante para Telefónica, antes de que la propia compañía catalogara su economía como hiperinflacionaria en sus cuentas. A partir de ahí, el mercado venezolano fue perdiendo peso paulatinamente por la difícil situación del país, a lo que se añadieron los destrozos constantes de sus instalaciones. En 2020, sin ir más lejos, la operadora contabilizó 186 robos y actos vandálicos, que afectaron al funcionamiento de 126 estaciones. En algunos años se llegaron a superar los 500 incidentes de este tipo.
Bajo el colapso económico de Venezuela por el modelo estatal de controles, muchas empresas retrasaron sus inversiones en el país. Con la flexibilización de las regulaciones oficiales y la dolarización informal ocurrida en 2019 las compañías han comenzado a tener un oxígeno en sus operaciones.
El giro en la estrategia llegó en 2022, cuando se anunció que Movistar inyectaría en Venezuela unos 270 millones de dólares en los siguientes dos años para «actualización y mejoras en mantenimiento de redes y sistemas, nuevos equipos de telecomunicaciones, plataformas tecnológicas, sistemas de respaldo de energía y recuperación de estaciones». En ese entonces José Luis Rodríguez Zarco, presidente de Telefónica Venezuela, aseguró que la economía «había empezado a dar signos de recuperación», y que ellos querían ayudar «revirtiendo la reducción de las inversiones de los últimos años».
Al cierre del 2023 Hispam representaba el 18% de los ingresos del Grupo Telefónica, tenía 113 millones de clientes y contaba con más de 30.000 empleados. Pero las cuentas han sido un quebradero de cabeza. En los últimos resultados que presentó Telefónica, acordes a los nueve primeros meses del 2024, Hispam fue la filial con peores cifras, registrando un 4,8% menos de ingresos y un descenso del 6,7% en el Ebitda.
Echando la vista atrás, el negocio de la operadora en Hispanoamérica registró unos resultados negativos de más de 401 millones de euros en 2022 y de 1.548 millones en 2021. A fecha del 31 de diciembre de 2022, la empresa tenía un fondo de maniobra negativo de 3.304 millones de euros, y se encontraba en causa de disolución. Ante eso, Telefónica no ha dejado de inyectar dinero a través de sucesivas ampliaciones de capital millonarias.
Con información de ABC, El Independiente y Reuters
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.