Muera la inteligencia, repiten, 84 años después, por Xabier Coscojuela
@xabiercosco
Hay que ceñirse al libreto oficial, al elaborado en alguna instancia gubernamental. Repetir lo allí señalado, una y otra vez. Decir lo mismo, no importa que sea verdad o mentira. Hay que convencer, aunque sea por cansancio.
La receta no es nueva. Al contrario, es demasiado vieja. No importa que sus consecuencias sean peligrosas para la mayoría, para el país. Pensar con cabeza propia es subversivo, y más subversivo aún es expresar ese pensamiento. Hacer cálculos matemáticos que contradigan el guión es, también, subversivo.
Que los autores de estos ejercicios sean los matemáticos más respetados del país es algo sin importancia. Esos méritos no les dan permiso para pensar con cabeza propia y menos para publicar los resultados. Tienen que acatar las órdenes. Es la lógica del cuartel y, hay algunos -quizás demasiados- que confunden al país con un cuartel. En realidad, quieren que el país sea un cuartel.
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Lo que diga el jefe tiene que obedecerse. Que sea una barbaridad, no importa. Por algo es el jefe. Que los cálculos hechos apoyen la cuarentena ordenada, es un detalle que se ignora. Lo peligroso es que se diga que los contagios pueden aumentar considerablemente. Esa no es la película que algunos quieren que vea el país. Ellos son los únicos que pueden hablarle a los venezolanos.
Que estos cálculos deberían ayudar a prevenir y tomar las medidas adecuadas para enfrentar esos contagios, en caso de que las proyecciones se cumplan, pone en evidencia lo no hecho en dos meses de cuarentena. Todavía hay hospitales que no tienen algo tan elemental como el agua.
Los académicos hicieron un ejercicio de proyección con los datos que tienen disponible. Sus resultados afectan los deseos gubernamentales. Debatir esos resultados, tomarlos en cuenta para enfrentar en mejores condiciones la pandemia, si están acertados, no es lo que se hace. Es más fácil amenazar. El general fascista español Millán Astray sigue teniendo discípulos. 84 años después hay quien repite su frase: muera la inteligencia. El fascismo vive.