Muerte en la carretera, por Simón Boccanegra
La noticia casi pasó por debajo de la mesa. Como siempre, fue tema de página roja y ya es periódico de ayer. Un grupo de ocho personas, que fue traído al mitin de Chávez en la avenida Bolívar, pereció cuando el autobús en el cual viajaban chocó con un camión, allá en las soledades de las sabanas de Monagas. El accidente estaba casi cantado. Habían salido del caserío El Fangal, situado a 45 minutos de Temblador, en el sur profundo de Monagas, ya llegando al Orinoco, el sábado a las 7 de la noche. Rodaron toda la noche para amanecer en Caracas y participar en la concentración. A golpe de 6 de la tarde, antes de que concluyera el acto, se montaron en el bus, para, de nuevo, rodar toda la noche con destino a sus hogares. A las 5 de la mañana del lunes, en la recta infinita que va de Maturín a Temblador, el vehículo chocó de frente con un camión. Además de los pasajeros fallecidos, los dos choferes también murieron. El del autobús había manejado 24 horas y seguramente durmió poco y mal mientras estuvo en Caracas. Me pregunto qué sentido tiene este acarreo absurdo a través de mil kilómetros, tan sólo para poder jactarse de la magnitud de un mitin político.