‘Na guará de venganza, por Teodoro Petkoff

Venezuela tiene una particularidad: lo que no pasa en Caracas es como si no pasara. En la provincia tienen lugar, a veces, cosas tan horribles como la acción de los grupos policiales de exterminio, que solamente cuando rebotan en Caracas, como en el caso del Guárico, por ejemplo, a través de la investigación parlamentaria sobre el gobernador Manuitt, es cuando resuenan nacionalmente. Esta especie de opacidad que recubre a la provincia permite al oficialismo la comisión de abusos, atropellos y arbitrariedades que raras veces son noticia nacional y que asegura la impunidad a sus autores.
Lo que está ocurriendo en el estado Lara con Orlando Fernández Medina es realmente escandaloso y es preciso echar luz sobre ello. Orlando fue gobernador de ese estado y es un luchador social conocido en todo Centro Occidente, e incluso en Caracas, como diputado que fue del Congreso Nacional. Fogoso, duro, y de un valor que raya en la temeridad, Orlando no sólo se granjeó el respaldo y hasta la devoción de miles de larenses humildes sino que fue la Némesis de corruptos, tracaleros y bandidos de toda laya, varios de los cuales fueron enjuiciados a partir de sus denuncias, siempre muy bien documentadas. Con el grupo político regional que dirige, “OFM”, respaldó al comienzo al gobierno de Chávez, pero rápidamente se desencantó y desde entonces ha actuado como un crítico intransigente de la gestión del gobernador Reyes Reyes, manteniéndose como el mismo defensor de siempre de todas las causas populares. En las elecciones recientes fue el eje de un agrupamiento opositor y ocupó el segundo lugar en la disputa por la gobernación.
El acoso de que viene siendo objeto alcanza extremos grotescos, como lo revelamos hoy (página 3). Su hija, trabajadora desde hace 16 años en la Zona Educativa del estado y dirigente sindical, fue despedida “por firmar” y por no atender la insólita solicitud de “desligarse” políticamente de su padre. Un amparo que la protege fue desconocido a la brava, porque en la Zona Educativa “eso no vale”. Se produjo la tentativa de revocar la elección de los dos diputados regionales de “OFM”, proclamados y en ejercicio desde hace meses, mediante una extraña componenda en el CNE, abortada hasta ahora dado lo absurdo e improcedente del intento, pero pendiente todavía de una decisión definitiva del CNE. Amenazado de secuestro, la medida judicial, ordenada por la Fiscalía, de brindarle protección a su hogar, no es ejecutada. Pero la guinda de la torta la constituye reabrir contra Orlando un viejo caso de homicidio, del cual sus enemigos de entonces intentaron acusarlo, con el resultado de que la entonces Corte Suprema (integrada no propiamente por amigos políticos del líder larense), desestimó los cargos y declaró su inocencia. Pues bien, hace pocos días, un tal Gastón Saldivia, ex convicto y preso por estafa, denunciado por Orlando y ahora compinche de Luis Velásquez en la “limpieza” judicial en Lara, anunció públicamente la reapertura de aquel viejo caso –que por lo demás es cosa juzgada. Todos los pícaros de Lara, que Orlando ha combatido desde hace años, bailan en una pata. Creen que llegó la hora de la venganza. Lo irónico y triste es que la “revolución” se ha puesto al servicio de esa venganza.