Negocios con un toque de humor, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
“Nunca te olvides de sonreír, porque el día que no sonrías será un día perdido”, es una de las célebres frases de Charles Chaplin y con toda razón. Su fama, en parte por su personaje de “Charlot”, le llevó a obtener múltiples reconocimientos, y aún hoy es un símbolo del humor.
El humor es una cualidad asociada con personas divertidas, capaces de hacer a otros sonreír o hasta soltar una buena carcajada, pero que es incompatible con aquellas que son eficientes y eficaces, a las que se les identifica con características como seriedad, rigor, productividad, orden y control. Pues les digo… Esta percepción no está totalmente ajustada a la realidad.
Ciertamente eficiencia, eficacia, seriedad y orden son cualidades apreciables, pero un toque de humor, incluso en el ambiente de los negocios, es bienvenido. Aunque cueste creerlo, el sentido del humor ayuda a desarrollar todas esas capacidades. Consultores de Recursos Humanos han observado que las personas con éxito en el entorno laboral suelen tener buen humor, al menos en algunas ocasiones.
En el artículo “Leading with Humor», publicado en 2014 en Harvard Business Review, se hace énfasis en el impacto positivo que el humor puede tener en la oficina. “El lugar de trabajo necesita risas. Según una investigación de instituciones tan serias como Wharton, MIT y London Business School, cada risa o carcajada trae consigo una serie de beneficios para los negocios (…) La risa alivia el estrés y el aburrimiento, aumenta el compromiso y el bienestar, y estimula no solo la creatividad y la colaboración, sino también la precisión analítica y la productividad», señala.
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Trabajar en entornos que favorecen el humor reportará, definitivamente, beneficios no solo para los empleados, sino también para las empresas. El buen humor cohesiona a los equipos; facilita la comunicación y las negociaciones, pues contribuye a crear una atmósfera más distendida; ayuda a superar situaciones embarazosas, evitando la confrontación y la ruptura; y los trabajadores que demuestran ser divertidos son más flexibles, creativos y capaces de reaccionar positivamente ante situaciones de estrés.
Y detrás de todo esto hay una explicación médica-terapéutica. La Mayo Clinic afirma que una buena carcajada tiene excelentes efectos a corto plazo: “Cuando se empieza a reír, no solo alivia la carga mental, sino que realmente provoca cambios físicos en el cuerpo. La risa también puede estimular la circulación y ayudar a relajar los músculos, lo cual puede ayudar a reducir algunos de los síntomas físicos del estrés”.
No me caben dudas que el trabajo debe tomarse con seriedad, y siempre debe ser así, pero a veces, como dije antes, no está de más un toque de humor. Situaciones graciosas se pueden aprovechar para aliviar el ambiente, reducir los niveles de estrés y ansiedad y estimular la innovación. Lo importante, como todo, es lograr un equilibrio.
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