No le pare: Repare, por Teodoro Petkoff

Aquellos que confiesan haber perdido toda esperanza en el RR son, objetivamente, con quienes más cuenta Chávez. Este lo que quiere, precisamente, es que la gente pierda la esperanza. Quiere hacer creer que el RR está destinado al fracaso. Quiere que la gente crea que él tiene todo bajo control y que cualquier esfuerzo que se haga será un esfuerzo perdido. Su habilidad para generar pesimismo es una de sus armas más fuertes. La desesperanza, el pesimismo, abren el camino de Chávez hacia la victoria. Necesita que la gente crea que los reparos van a fracasar.
Hace unos días Chávez urgía a la oposición a asistir a los reparos. ¿Por qué? Confiaba en que sus palabras de “estímulo” producirían desesperanza. Quería que se perdiera la esperanza y que se abandonara el combate. Después, Rangel felicitó a la oposición por la decisión de asistir a los reparos.
¿Por qué? Su falso entusiasmo fue una tentativa de manipular a la gente para crear la impresión de que el gobierno tiene el control total de la situación. Todo eso es paja. Chávez y Rangel manipulan la realidad en un intento de crear desesperanza. Pretenden que la gente se rinda, quieren convencerla de que se quede en su casa y no pierda su tiempo en eso de los reparos. Su objetivo es ganar por cansancio y hacer perder la esperanza, de modo que la gente no vaya a reparar. Pero no hay que olvidar que este gobierno es un mentiroso clínico. La confianza del Presidente y del vice es falsa. Es otra mentira. Al contrario, están profundamente preocupados.
El gobierno no tiene aún un plan maestro para impedir los reparos. Pero Chávez levanta el espantapájaros de que tiene control absoluto del proceso y que puede hacer lo que le plazca. Juega a que usted se rinda y pierda por forfait.
Pero, si la gente rechaza las maniobras del gran manipulador, si no le para a las mentiras ni a las cobas, ni a sus aguajes sobranceros, y va a los reparos, entonces el gobierno tendrá un tronco de problema. Hay que mirar más allá de sus máscaras. La razón por la cual Chávez y Rangel tratan de crear la impresión de que están confiados es precisamente porque no tienen confianza. Seguramente, ahora van a rodar toda clase de bolas acerca de los mecanismos infinitos que el régimen tendría para trampear el proceso. La mayor parte de ellas la pondrá a circular el propio gobierno para que la gente se sienta impotente y se quede en su casa, pensando que no hay nada que hacer. Hay que rechazar las mentiras, hay que rechazar las manipulaciones, hay que rechazar la intimidación. Sencillamente, hay que reparar.
Por supuesto que el gobierno está en capacidad de intentar alterar los resultados. Pero su control no es tan absoluto como Chávez quiere hacer creer. Chávez, sin duda, tiene la ventaja de que el umpire está de su lado y, ciertamente, incluso si pierde, el umpire podría anunciar que ganó. Todo eso es verdad y lo hemos vivido, pero en este juego hay otro equipo y hay espectadores en el estadium y otros lo miran por televisión. No se está jugando en el vacío. Precisamente, si estamos en extrainning es porque el juego todavía no está decidido. Pero Chávez quiere hacer creer que ya se terminó, y si lo convence a usted, amigo lector, de que eso es cierto, entonces ganará. Pero, recuérdelo bien, el juego no se acaba sino cuando se acaba. Repare, porque antes de que sea cantado el out 27 usted lo puede dejar en el terreno.