Noticias dominicanas, por Américo Martín
Autor: Américo Martín
Si en Venezuela no viviéramos uno de los peores momentos de la Historia en tiempos de paz y si sus habitantes no se encontraran en el ojo de un huracán de angustias justificadas de las que pueden alterar el juicio, podríamos intentar sacarle provecho a tres noticias relacionadas con el segundo intento de negociación en República Dominicana. La primera, el anuncio del diputado Luis Florido sobre presos políticos.
- No menos de 114 deberían salir al firmarse los acuerdos
La segunda: la Unidad Democrática sólo (atención al adverbio “sólo”) firmará acuerdos relacionados con elecciones libres, transparentes, supervisadas y con CNE equilibrado. Los sinónimos tolerados por ese adverbio tampoco dan para interpretaciones confusas o ambiguas. “Sólo” significa “únicamente”, “sin par”, “solitario”.
Hago estas precisiones porque, pese a la tajante afirmación de Florido, ha continuado la cháchara del reconocimiento de la inconstitucional ANC por la Unidad Democrática. Sólo caben tres posibilidades: o tienen informaciones veraces de las que algunos carecemos, o Florido miente a conciencia, o los que dan por seguro el reconocimiento de la ANC mienten de mala fe. Queda esperar a ver lo que ocurrirá hoy domingo, 15.
Si se confirman los peores pronósticos, haré el comentario que corresponda. ¡Lógico!, me dirán. ¡Para nada lógico, amigos! Recuerden que en nuestro país ha sentado sus reales el apotegma chavista según el cual si los hechos rechazan las afirmaciones, peor para los hechos. Por inercia la mayoría lo ha hecho suyo. Lo corriente es decir, “contra cualquier prueba sigo teniendo razón”. No es fácil escaparse de una apasionada lata.
La tercera noticia, también anunciada por la UD no sé si lamentándolo o alegrándose, es que no haya acuerdo alguno. Eso sería lamentable porque nos dejaría a merced de los más brutales métodos de perpetuación que quepan en la cabeza de quienes están dominados por el pánico de la derrota. No hay manera de explicarles que uno de los grandes temas para un diálogo sincero, en este caso no propiamente para una negociación, es mantener a todo trance la justicia sin caer en la pasión de la venganza, y establecer una convivencia pluralista sólida para que todos los venezolanos de este maltratado país puedan sacarlo del fondo del profundo pantano en que los vendedores de humo lo han hundido. Puesto que todo eso se haría en el marco de la Constitución y garantizado por ella, sería asunto de interpretar sin prejuicios, no de negociar.
Todo lo que se ha logrado, toda la visibilidad mundial de la atropellada Venezuela, viene de la tenaz participación en el debate político nunca en la abstención. Todo, insisto, incluso el auspicioso reconocimiento universal de la AN, que resiste en parte por eso los designios homicidas de la ANC y las amenazas más volcánicas del poder y lamentablemente los juicios agresivos de quienes deberían protegerla más allá de las fallas en que incurran tales o cuales diputados. Es la institución política fundamental, al punto de ser un fortín democrático, posible eje de la restauración institucional.
Quienes a la vista de la arbitrariedad y el fraude impuestos por el Poder se preguntan si vale la pena volver a votar, digo que se tacha de fraudulento al régimen porque se ha montado sobre el fraude.
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