Nueva Zelanda ordena la prohibición inmediata de armas de asalto en el país

El veto se hará efectivo en tres semanas y posteriormente iniciará un programa gubernamental para recomprar las armas que están en las calles neozelandesas
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció una prohibición inmediata de todas las armas de asalto y semiautomáticas en el país, días después de que la ‘masacre de Christchurch’ dejara 50 muertes.
Esta prohibición se hará efectiva en tan solo tres semanas y Ardern advirtió que cualquiera que intente adquirir un arma en ese lapso de tiempo, tan solo estará «perdiendo su dinero».
Además, reveló que recibió consejos de países aliados como Australia sobre cómo estructurar un esquema de recompra para las armas que aún están en la calle. Confiesa no tener claro de dónde surgirán estos fondos, y que ofrecerá detalles más adelante.
Sin embargo, advirtió que el Gobierno no tiene una idea clara sobre la cantidad de armas que poseen los ciudadanos neozelandeses en las calles.
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Una lista de ‘preguntas y respuestas’ fue emitida por el equipo de prensa de Ardern mientras se desarrollaba la conferencia. Detalla que el veto abarcará todas las armas de fuego definidas como semiautomáticas de estilo militar, lo que incluye rifles de asalto. Sin embargo, se permitirán modelos utilizados para la caza legal y el control animal.
La medida se tomó como medida de respuesta ante la matanza que desató Brenton Tarrant el pasado viernes 15 de marzo en dos mezquitas en la ciudad de Christchurch, quien utilizó precisamente fusiles de asalto y semiautomáticos para perpetrar el crimen.
Tarrant adquirió fama rápidamente debido a que grabó en video la matanza entera, con las decenas de asesinatos que realizó contra inmigrantes y refugiados provenientes de Pakistán, India, Malasia, Indonesia, Turquía, Somalia, Afganistan, Bangladés y Siria.
El criminal de 28 años es un declarado supremacista blanco. Reveló en un manifiesto titulado ‘La gran sustitución. Hacia una nueva sociedad’, publicado antes de la matanza, que tomó esta decisión porque los «invasores» estaban esparcidos en toda Europa. Su objetivo era «vengar las miles de muertes causadas por invasores extranjeros».