OIT recomienda jornadas laborales flexibles en beneficio de empresas y trabajadores
Un estudio global aplicado por la OIT concluyó que las nuevas modalidades de trabajo más flexibles originadas a raíz de la pandemia por covid-19 tienen un impacto positivo en la salud y el rendimiento de los trabajadores. El informe destaca a Venezuela como uno de los países en los cuales existe un mayor desfase, principalmente por la cantidad excesiva de horas que se trabaja
Las nuevas tendencias laborales se inclinan hacia la experimentación con nuevos horarios de trabajo no tradicionales, usualmente orientados a proporcionar una mayor flexibilidad para los empleados, que según un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), divulgado este 6 de enero, demuestran tener un impacto positivo para las economías, las empresas y para los trabajadores.
Un informe denominado El tiempo de trabajo y el equilibrio entre el trabajo y la vida privada en el mundo señala que un mejor balance entre tiempo para el trabajo y para la vida personal suele generar beneficios en la productividad y el rendimiento laboral, desmontando las modalidades de trabajo que surgieron de la mano de la revolución industrial.
El estudio de la OIT hace énfasis en que la solución no es simplemente reducir o incrementar las horas de trabajo, por eso este trabajo con encuestas en decenas de países de todas las regiones del mundo buscó explicar con precisión cuáles son las mejores dinámicas para definir las nuevas tendencias del horario laboral.
Las encuestas demostraron que existen desfases entre las expectativas de los trabajadores y las horas que deben trabajar. Esto aplica tanto para horarios muy extensos como para aquellos que son muy cortos para las necesidades de los empleados, dependiendo de la modalidad bajo la cual trabajen.
El informe destaca a Venezuela como uno de los países en los cuales existe un mayor desfase, principalmente por la cantidad excesiva de horas que se trabaja. Según los estándares de la OIT, un 24,5% de la población —una quinta parte de la masa laboral del país— manifiesta un excedente de horas con respecto a las que preferiría trabajar, incluso si esto repercute en una disminución salarial correspondiente a las horas que le resten, en línea con el promedio de Latinoamérica, pues en la región un 26,4% sienten que están trabajando más de lo que deberían.
De acuerdo con cifras de la OIT, el promedio de horas semanales trabajadas por los empleados formales en América Latina es de 43,6, ligeramente por encima de las 40 horas semanales que establece la OIT como estándar. A modo de contraste, en Norte América el promedio es de 38,5 horas semanales. Aunque no se trata de la región con más carga horaria, pues Asia del Sur promedia 53,4 horas por semana.
Horarios cortos
Los problemas no solo van de la mano de los horarios largos y exigentes. En algunas ocasiones, también se registran inconformidades por parte de trabajadores que cobran por hora o que cuentan con jornadas de medio tiempo.
Estas modalidades de trabajo suelen guardar relación con las formas de contratación, pues en muchos casos se trata de trabajos freelance que derivan en distintas desventajas frente al empleo tradicional, pues no suelen incluirse beneficios que obliga la ley.
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En este sentido, las jornadas cortas, inferiores a 35 horas semanales o menos; o las muy cortas, consideradas desde 20 horas laborales o menos, provocan también desfases por parte de trabajadores que desean más horas de trabajo para ganar más dinero.
Las encuestas aplicadas por la OIT permitieron determinar que en América Latina un 31% de los trabajadores con jornadas de menos de 35 horas semanales y un 41,4% de los empleados que laboran menos de 20 horas sienten un desfase porque sienten la necesidad de dedicar más horas al trabajo.
OIT recomienda punto medio
La OIT destaca que es importante encontrar un punto medio que permita a los trabajadores balancear sus jornadas laborales con sus vidas personales.
Gracias a la pandemia por covid-19 y las restricciones de movilidad que obligaron a implementar modalidades como el teletrabajo o los horarios parciales, se dio un paso en la dirección correcta en la aplicación de fórmulas que permitan encontrar el balance adecuado, al otorgar flexibilidad horaria a los trabajadores sin perjudicar la productividad.
«Un mejor balance entre vida personal y trabajo es uno de los resultados de muchas de estas modalidades y aporta beneficios significativos tanto para empleadores como para empleados. Es importante identificar los balances entre vida personal y trabajo resultantes de cada acuerdo relacionado con los horarios laborales», subraya la OIT.
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Persiguiendo esta idea, el informe propone una serie de conclusiones extraídas del estudio, entre las cuales figuran:
- La semana laboral estándar clásica (8 horas diarias, cinco o seis días a la semana) brinda estabilidad a
trabajadores en la planificación de sus vidas, sin embargo, tales horarios fijos son a menudo demasiado inflexibles para respetar el tiempo demandado por la familia como y cuando sea necesario. - El trabajo por turnos puede proporcionar una mayor flexibilidad de horario a los trabajadores para ayudarlos a equilibrar los compromisos laborales y no laborales. Sin embargo, puede requerir que trabajen en horarios atípicos, lo que se ha relacionado con riesgos significativos para la salud y alteraciones de la vida familiar.
- El trabajo a tiempo parcial (menos de 35 horas por semana) con horarios de trabajo predecibles permite a los trabajadores tener más tiempo para sus responsabilidades personales y para actividades recreativas, lo que lleva a un mejor equilibrio entre el trabajo remunerado y la vida personal.
- El trabajo de guardia, basado en horarios altamente impredecibles «justo a tiempo», perturba gravemente el equilibrio entre la vida laboral y personal al dificultar que los trabajadores organicen su vida personal y sus finanzas. También se ha demostrado que tiene efectos negativos en la salud de los trabajadores.
- Los horarios flexibles permiten a los trabajadores organizar sus propios horarios de trabajo en función de sus necesidades individuales, dentro de parámetros establecidos, con el fin de equilibrar de manera óptima su trabajo remunerado y compromisos personales.
- Las semanas de trabajo comprimidas brindan a los empleados fines de semana más largos para pasar con familiares y amigos y, por lo tanto, mejoran el equilibrio entre el trabajo y la vida personal; existe un debate sobre sus impactos en la salud, pero la evidencia tiende hacia los efectos positivos.
- Las modalidades que promedian las horas en lapsos de tiempo cortos o medianos pueden facilitar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal; sin embargo, si están mal diseñados e implementados, los empleados pueden quedar vulnerables a cambios drásticos en las horas de trabajo que interrumpen sus vidas personales.
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