Otro al que lo castiga la lengua, por Simón Boccanegra

Willian Lara formula, en su artículo semanal en El Nacional, la siguiente pregunta: ¿Pueden ser representantes del 23E los continuadores de la traición protagonizada por los asesinos de Fabricio Ojeda, de Alberto Lovera, de Livia Gouverneur, de Jorge Rodríguez, de tantísimos patriotas más… ? Vamos a admitir, para no enredarnos en discusiones ociosas, que para la época cuando tales asesinatos ocurrieron nuestro ministro de Información estaba muy chiquito y no sabía lo que pasaba.Pero después que adquirió uso de la razón y comenzó a interesarse en la política, hasta el punto de que devino militante y activista partidista, ¿dónde estaba Willian Lara con respecto a los autores de tales atrocidades? ¿Militaba acaso en la Liga Socialista o en Bandera Roja? ¿Se había inscrito en el MAS, donde estaban casi todos los compañeros de aquellos militantes asesinados? ¿O en el PCV, donde estaban los otros? Pues no, vea usted que Willian Lara, antes de ser iluminado por el verbo flamígero de Hugo Chávez, militaba, nada más y nada menos que ¡en Acción Democrática! ¿Qué tal? Para la época no le pasaba por la cabeza asociar los gobiernos de ese partido a la «traición protagonizada por los asesinos». Al contrario, seguramente compartía la tesis de que los asesinos eran los muertos.