Palangre constitucional, por Simón Boccanegra

Escribió Díaz Rangel el domingo pasado, en Últimas Noticias, que algunos habrían argumentado que la reducción de la jornada de trabajo a seis horas diarias no es asunto de la Constitución sino de la ley. Este minicronista no ha visto esa argumentación, lo que sí ha visto es que la posibilidad de esa reducción está inscrita ya en la Bicha. Así lo señaló el editorial de TalCual sobre ese aspecto. Bastaba, pues, con haber promulgado una ley sobre esa materia o con haber reformado la Ley del Trabajo en lo concerniente a la jornada de trabajo, para que se hubiera implantado la jornada de seis horas.Tuvo Yo-El-Supremo ocho años para tomar esa medida. No lo hizo. ¿Quién, entonces, es el que no ha querido que se disminuya la jornada laboral? Ahora se renueva la oferta, con el inocultable propósito de arrastrar tras ella el voto en paquete hacia la reelección.
Si se votara por separado el artículo sobre la jornada, se puede estar seguro de que sería aprobado más o menos clamorosamente. ¿Pasaría lo mismo con la votación separada de la reelección indefinida? ¿Qué cree Díaz Rangel? ¿Cuál es entonces el propósito de esa oferta, al igual que la de la seguridad social para los informales, que también está establecida en la Bicha y habría podido salir mediante la promulgación de ese paquete de leyes sobre la seguridad social que está pasmado en la Asamblea Nacional desde hace ocho años? Los pescadores margariteños llaman «palangre» a un anzuelo múltiple, en el cual se engarzan varias carnadas. Eso es esta reforma: un palangre.