Panaderías, con plastiquito y todo
Se ha vuelto práctica común en las panaderías y otros establecimientos de mostrador entregarle al comprador una pieza de plástico donde le van anotando con un marcador. En algunas panaderías del centro de Caracas han desaparecido esas láminas acrílicas
Desde hace tiempo se ha vuelto práctica común en las panaderías y otros establecimientos de mostrador entregarle al comprador una pieza de plástico donde le van anotando con un marcador el consumo o lo que adquiere para llevar.
En otros sitios más sofisticados le adhieren un código de barras que es leído en la caja registradora. Ultimamente se ha dado el caso que en algunas panaderías del centro de Caracas han desaparecido esas láminas acrílicas. Cuando usted indaga en caja por qué ahora en vez del plástico le dan un simple papelito, la respuesta es sorprendente: «Se las han robado».
Si usted se pregunta qué va a hacer alguien con esas tablillas plásticas, entonces tiene que atender la segunda parte de la respuesta de la cajera: «Bueno, en verdad, lo que se roban es lo que se comieron, y como no van a pagar se lo llevan con plastiquito y todo». Ah, okey, la cosa es hambre pareja. ¿Entendió ahora?
Deja un comentario