Para conocer más a los consumidores, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
No siempre las herramientas que utilizan las empresas son de reciente data o totalmente innovadoras y ejemplo de ello es el continuo empleo de la ciencia de la demografía, la cual estudia estadísticamente las poblaciones humanas, su dimensión, estructura, evolución y características generales.
Aplicada desde 1798 por el economista y demógrafo británico, Thomas Robert Malthus, esta disciplina científica sale en auxilio de diferentes estudios políticos, sociales y económicos.
En el caso de las empresas, es un instrumento clave para el área del marketing a través de una de sus ramas: la segmentación demográfica. En función de datos demográficos, se pueden estudiar a los individuos que forman un mercado en particular para un producto o servicio determinado. La estrategia parte de un principio básico: para las compañías es muy importante conocer el sujeto al que va dirigido aquello que producen.
Si bien los censos demográficos nacionales, regionales e incluso mundiales son una buena base de información, en el ámbito empresarial esos estudios tienen que ser más precisos. La segmentación demográfica debe abarcar a personas en un área poblacional específica, para ayudar a las compañías a conocer con mayor exactitud el comportamiento del consumidor.
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Al respecto, existen varios factores demográficos que afectan directamente a las empresas y que se pueden utilizar para determinar las preferencias sobre un producto o servicio. De hecho, la mayoría de las compañías identifica a sus clientes a través de rasgos como sexo o género, nacionalidad, edad, religión, cultura, poder adquisitivo o ingresos, necesidades y aspiraciones.
Sin embargo, las posibilidades de que otras variables entren al juego son muy elevadas. Debido a los cambios del mercado y de los gustos de los consumidores, los estudios de segmentación demográfica no pueden ser estáticos, sino que requieren seguimiento y revisiones periódicas para responder eficiente y eficazmente a las transformaciones que se presenten.
Así que en estos tiempos es importante que los negocios también le sigan el curso al covid-19 y al impacto que ha tenido no solo desde el punto de vista económico, sino también demográfico.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en un artículo publicado el 10 de julio de 2020 en su portal, especifica las huellas de la pandemia en las tendencias demográficas en la región.
“La crisis sanitaria y económica ha puesto las desigualdades socioeconómicas y de acceso a los servicios de salud y protección social aún más en evidencia, además de traer desafíos socioeconómicos exponiendo a los grupos más vulnerables de la población a riesgos y adversidades más graves, incluso, que lo que ya experimentaban”, sostiene el organismo.
Advierte que en ese contexto es importante considerar “los posibles efectos de la pandemia y la crisis socioeconómica subsecuente sobre los componentes de la dinámica demográfica, como la fecundidad, la mortalidad y la migración, así como impactos probables en el volumen de la población y su estructura etaria”.
Dicho esto, es conveniente que las empresas también consideren lo que expone la Cepal, así como otros organismos, para ampliar el espectro. El objetivo, al final, es que a través de la segmentación demográfica se les garantice a las compañías un mejor desempeño frente a sus competidores, con lo cual se asegura mucho más su presencia y posición en el mercado.
Y si antes esto era crucial, en medio de la crisis provocada por la pandemia lo es todavía más.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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