Pelota y política, por Simón Boccanegra
Este minicronista está triste. Mi equipo, los Tiburones de La Guaira, se ha aferrado al sótano del round robin, con la misma vehemencia que alguna estirpe política en extinción se atrinchera en su curul, como diputado del Partido Comunista o parlamentario de Opina (¿existirá?). Estos Tiburones recuerdan aquellas campañas electorales que concluían en el 6 por ciento histórico: arrancada de avión y frenada de burro. Tres victorias al hilo y ahora ocho derrotas, una tras otra, sin respiro. ¿Serán naranjas estos escualos? Porque ya sabemos que los magallaneros tienen fama de adecos y que, como éstos, ahora usan boina roja sin inhibicion alguna, al gusto de Hugo. Por cierto, comandante, quizás compartamos la pena -en algo, aunque sea doloroso, teníamos que coincidir- de ver la final sin nuestros teams en acción. Y no vale el consuelo de que los Leones cayeron primero. Así es, Hugo, se está en la cima y se cae.