Pequeñas canalladas, por Simón Boccanegra
Se comienza por una pequeña canallada y se siente vergüenza por ella pero a fuerza de repetirla la cosa se hace rutinaria y no deja remordimientos. El ministro de Minas dice que sería incongruente pagar prestaciones a los petroleros despedidos. Es una nueva contribución del humanismo de la Quinta al patrimonio universal. No hay Ley del Trabajo, pues. Despedirlos no es suficiente castigo. Negarles posibilidades de trabajo en otras empresas tampoco. Las prestaciones sencillas, que constituyen un derecho adquirido, que son dinero del trabajador, cualquiera sea la razón de su despido, pretende confiscarlas la Pdvsa “bonita”. Es la venganza a lo general Gómez. A los que tienen casas en los campos tampoco se les pide la devolución por la vía legal, sino que se les lanzan los perros de presa de las patotas “bolivarianas”. Otra vez el general Gómez. Por donde va Miguel Henrique Otero, en foros preparatorios del aniversario de El Nacional, se presentan los heroicos encapuchados lanzando lacrimógenas. Pensar que en este gobierno hay gente que hizo de la denuncia y condena de este tipo de canalladas toda una razón de vida.
El poder encanalla. Al menos a algunos.