Pinky, el chip y Cerebro; por Simón Boccanegra
Podría servir de tema para una comedia. A Francisco Arias Cárdenas se le ocurre frenar el llamado «bachaqueo» nombre con el cual denominan en Maracaibo el contrabando de alimentos y gasolina hacia Colombia y que, según el gobernador del Zulia, es la causa del desabastecimiento de los principales productos de la cesta alimentaria, aplicando un sistema electrónico de racionamiento de alimentos, que para todo el mundo constituye la versión 2.0 de la libreta cubana.
En teoría se resume a que cuando alguien compra papel tualé en un supermercado, si se traslada a otro establecimiento a proveerse del mismo producto, la compra queda anulada. Tierra donde abundan los gaiteros y los jodedores, la tarjeta fue bautizada como «papachip», que se traduce en «el método Arias Cárdenas para obtener la papa diaria».
Otro añadió que un familiar del gobernador supuestamente había conformado, con dos socios, la empresa que fabricaría las tarjetas inteligentes para ser distribuidas en la población. Como la reacción no se hizo esperar, Maduro viajó a Maracaibo este fin de semana y desde ahí ordenó dar marcha atrás al proyecto, en un acto de demagogia que le quedó bien a él, pero no al excandidato de la gallina. Carente de sutilezas, Maduro no solo descalificó la idea sino también a su autor, con una expresión en verdad humillante.
«A quien se le ocurrió eso como que se le fundió el cerebro», dijo Maduro, tratando de imitar al difunto. Arias, que estaba a su lado y no hallaba para dónde coger, solo le quedó responder: «Verdad… eso habrá que investigarlo». Los zulianos que vieron el episodio no han parado de reír.