Pintura sobre el vacío, una irresponsabilidad
Aquel personaje Cool McCool se quedaría loco con las peripecias de algunos venezolanos. «Me encanta el peligro», decía aquella caricatura. Pero nunca se enfrentó a lo que unos pintores vivieron en Caracas.
Pintando la fachada del Hotel Continental, en la urbanización Altamira del municipio Chacao, se pudo ver el 7 de noviembre a dos hombres literalmente desafiando todo coraje. Sin equipamiento de seguridad, y sentados sobre un columpio, fueron pasándole rodillo a la pared del edificio.
Los pipotes de pintura también se suspendían como ellos en las alturas, sostenidos por el asa del mismo columpio.
¿Cuántas normas de seguridad no se habrán ignorado en esa actividad? ¿Quién es el responsable de exponer a dos trabajadores a terminar su labor bajo tal precariedad?
Los pintores demostraron no solo su equilibrio y valentía, sino la eficiencia de su trabajo: pintaron el tramo descendiente en una mañana.
Menos mal terminó bien. Pero hay que evitar tragedias.