¿Por los siglos de los siglos?, por Marisa Iturriza
Autora: Marisa Iturriza
Este Viernes Santo finaliza la Pascua Florida. Pareciera que el plan de ir borrando algunas costumbres nuestras va viento en popa. Entre otras, quienes aprovechaban estos días para un asueto vacacional o como un paréntesis de paz y reflexión, se han limitado -como en todo- hasta en la alimentación tradicional. Si se consigue pescado y/o afines el precio es impagable.
Antes podías elegir algunas radioemisoras que transmitían música un poco más acorde con las fechas, ahora no, perdiéndose la oportunidad de difundir música religiosa de compositores nuestros tan buena como el Popule Meus de José Ángel Lamas, lo que también hubiera servido de homenaje al recientemente fallecido Maestro Abreu, qepd.
Habría sido un leve respiro dentro del Vía Crucis cotidiano de escasez e inseguridad engendrador de frustración y odios. Pero ¡alto ahí! En cuanto a esto último se decretó la “ley contra el odio”. Si en la homeopatía funciona eso de aplicar un poquito de enfermedad para curar la enfermedad, como las vacunas pues (igualmente escasas) aplicar odio contra odio no lo cura. Lo que produce es más odio, resentimiento mas resentimiento, infelicidad mas infelicidad, etc. Pero seamos comprensivos y no puedes dar lo que no tienes, felicidad, por ejemplo, ya que, según Fernando Savater
Si cuanto más feliz y alegre se siente alguien, menos ganas tendrá de ser malo. ¿No será prudente fomentar todo lo posible la felicidad de los demás en lugar de hacerles desgraciados? El que colabora con la desdicha ajena, o no hace nada para ponerle remedio…se la está buscando. Después no se queje…
Entonces ¿Habrá que compadecer a los opresores sin importar el color o la tendencia con la que simpaticen y quieran imponer a juro porque, pobrecitos, lo que tienen por dentro es puritita infelicidad? Parece que no, porque hoy, en lugar de “compadecerlos” por “el trabajo” que pasan oprimiendo, conmemoramos la muerte de Cristo, que fue crucificado por oponerse -como tantos aún- a El Poder de quienes en esa época, y en demasiadas otras, no lo ejercen sino que lo perpetran impunemente como sea y para siempre, en lugar de respetar justicia, libertad y, por ende, a la Humanidad, que “desde el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos” se esfuerza por alcanzar y lograr totalmente.
Amén.