Problemas macros del cooperativismo, por Oscar Bastidas Delgado
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A pesar de las magnitudes y aportes de las Organizaciones de Economía Social (OES), particularmente de las cooperativas, son varios los aspectos que obstaculizan su desarrollo.
1-La informalidad. Constituyen un número grande pero indeterminado y algunas hasta poseen mayor influencia que las formales. Ese huir del formalismo se sustenta en muchas ocasiones en el no «complicarse la vida», como afirmó un cooperativista venezolano, con actividades formales administrativos y contables que las normativas y organismos públicos de control establecen. Se agrega que en algunos países no existe tal personalidad jurídica y ellas se esconden o disfrazan bajo fórmulas jurídicas propias de los actos de comercio. La OIT está impulsando la conversión de trabajadores informales a cooperativas.
2-Falsas cooperativas. Falsas son las de maletín constituidas como de trabajo asociado por empresarios y empleados públicos corruptos con claras intenciones de beneficio en cuanto a exoneraciones impositivas y legales o el cobro de comisiones según sea el caso, en detrimento de quienes aportan su fuerza de trabajo como sucede con varias de limpieza y recolección de basura; de instaladores de líneas telefónicas, eléctricas y acueductos; de construcción y mantenimiento de vías y edificios públicos, y otras.
También las de transporte con choferes de avances explotados; las que fungen como mototaxis sin llevar registros de asociados; las financieras y de seguros que olvidan el mutualismo y son lucrativas aseguradoras y vendedoras de pólizas.
Falsas son las que: 1. – realicen a conciencia actividades diferentes a las estatutarias y mercantiles contrarias al espíritu del Acto Cooperativo; 2. – mantengan premeditadamente bajos los montos de los certificados de aportación para cubrirse de posibles acciones legales; 3. – disfracen relaciones de dependencia laboral y oculten activos o vacíen de activos la empresa para eludir responsabilidades ante posibles demandas; y 4. – evadan impuestos, logre apoyos, contratos y créditos que con otra figura no obtendría. Son aquellas que tratan a sus asociados como meros clientes.
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3-Alerta ante las asimetrías e isomorfismos en el sector. Lamentablemente no todas las cooperativas cumplen con los preceptos de la Identidad Cooperativa que en principio obligan a aplicar valores y principios como guías de acción y no solo caen en el extremo de generar lucro sino que desarrollan un isomorfismo al transformar sus parámetros de organización y funcionamiento porque sus directivos y cuerpo gerencial pretenden que se ellas se parezcan y ellos parecerse a las empresas capitalistas como bien lo describe Ricardo Dávila (2010), al calificar el isomorfismo como «alejamiento de los principios y valores que plantea la doctrina y la ley», remarcando la tendencia a la desnaturalización de las cooperativas «por querer ser banqueros y empresarios capitalistas».
Existe otro isomorfismo, pero esta vez proveniente del modelo burocrático altamente jerarquizado y con rígida división taylorista del trabajo como el militar que hace olvidar a directivos y gerentes la participación y la democracia como ejes fundamentales de las cooperativas. Obvio, cooperativa que desarrolle estos isomorfismos es falsa.
4-Confusión con variadas formas organizacionales. Henri Desroche (1983) señala la existencia de diversas interfaces de la ES en sus relaciones con otros sectores de la sociedad. Sus interfaces o linderos son: 1. – Interface Economía Social (ES) – Sector Público o empresa concertada; 2. – Interface ES – Sector Privado o empresa participativa; 3. – – Interface ES – Sector Local o empresa comunitaria; y 4. – Interface ES – Sector Sindical o empresa paritaria. Él afirma que los sectores que voluntariamente se relacionan con las OES, particularmente las cooperativas, son abiertos a actividades comunes con ellas por lo que las empresas que surgen de esas interrelaciones pueden denominarse participativas, comunitarias o concertadas.
5-La variedad de marcos legales. Si estos marcos son confusos y «dividiendo para reinar» separan a conveniencia unas OES de otras como sucede en Venezuela con las cooperativas de ahorro y crédito y las cajas de ahorro o cooperativas cerradas como se denominan en República Dominicana o fondos de ahorros como en Colombia, obvio será que ello incide en el desarrollo del sector.
6-Indiferencia gubernamental. El desconocimiento de las OES y particularmente de las cooperativas por los dirigentes y técnicos gubernamentales es una constante en nuestros países; raros son aquellos que se han aproximado al sector y conocen sus bondades y experiencias. En ese desconocimiento tienen un alto porcentaje de culpa los movimientos de OES que, lejos de informarles y concederles ciertos conocimientos, saben exigir pero no aportarles conocimientos básicos.
7-Indiferencia de los «cooperativistas». Este es el peor. Esta indiferencia se nota cuando no se comprende la Identidad Cooperativa como clave para una mejor conducción de las OES y sus movimientos, mejores relaciones con otros sectores o impulsos a políticas y acciones de desarrollo locales, regionales o nacionales. Esta indiferencia es mayor en los fondos de empleados o cooperativas cerradas en las que ser “cooperativista” equivale a estar en la nómina de la organización que origina el vínculo. También se observa en trabajadores de cooperativas que están en ellas solo por obtener ingresos para subsistir.
Oscar Bastidas es cooperativista, consultor y facilitador en Emprendimiento Asociativo y Microempresas.
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