¿Qué discuten en la Asamblea Nacional?

En este país todos los días asesinan más personas que en ningún otro lugar del mundo. No hay ciudad nuestra que escape al drama de la inseguridad. En estos días un niño de siete años fue ultimado, frente a su padre, porque éste reclamó a unos delincuentes la venta pública que hacían de droga. ¿Se levantó alguien en la Asamblea Nacional para proponer un debate sobre la inseguridad? No. ¿Alguna comisión en la Asamblea da seguimiento a los indicadores de violencia delictiva? No. ¿Alguna vez se le ha ocurrido a la Asamblea discutir el infernal estado en que se encuentra la morgue? No. ¿Se ha sabido de algún debate sobre la gravísima situación existente en el 23 de Enero, tomado por bandas delictivas que se dicen «revolucionarias? Ni de vaina. Les da miedo. ¿Alguna vez ha llegado el eco de la cólera y el dolor de los transportistas públicos, diezmados por el hampa? Jamás de los jamases. ¿La hecatombe carcelaria despierta de su vagancia a los padres conscriptos? No se sienten aludidos. En otro orden de cosas, ¿discuten nuestros honorables diputados, por ejemplo, sobre el conflicto que enfrenta a yucpas y baris con hacendados, allá en el pie de monte perijanero? Eso no es con ellos, Perijá está muy lejos y no da votos. Pero les sobra tiempo para emitir acuerdos de apoyo sobre cada paso y cada humorada del Gran Charlatán o para emitir acuerdos de condena sobre lo que sea, con tal de que el Máximo Hablante se haya referido a ello. Las leyes les llegan empaquetadas y las raspan sin siquiera simular un debate. ¡Ordene, comandante en jefe, que aquí estamos para obedecerle!