¿Quién es el apátrida?, por Teodoro Petkoff
De acuerdo con el diccionario Larousse la palabra apátrida se define de este modo: “Se dice de la persona que no tiene patria, por carecer de nacionalidad legal o por tener unas ideas internacionalistas”. Aunque en el diccionario la palabra no posee una connotación insultante, el uso y costumbre se la han dado; apátrida sería quien traiciona a su patria.
El término ha devenido uno de los insultos favoritos de Chacumbele para designar a sus adversarios, por eso vale la pena echarle un vistazo desde la misma perspectiva que lo hace Chacu, es decir la agraviante. De entrada, el Presidente se considera a sí mismo un gran internacionalista, y en efecto lo es.
Desarrolla una política internacional muy activa y en sus más delirantes ensoñaciones se ve a sí mismo como el líder de una gran alianza anti-imperialista. En este sentido, a Chacumbele, pues, por tener unas ideas internacionalistas, le calza perfectamente una de las acepciones del término apátrida.
Pero Chávez ha ido más allá de “ideas internacionales” y su conducta configura varios elementos que permiten preguntarse quién es el verdadero apátrida en el escenario nacional. En su relación con Cuba existen hechos concretos que permiten dudar de su patriotismo.
El Presidente literalmente ha entregado porciones importantes de la patria al gobierno fidelista. ¿Cuál razón de “patriotismo” explica la entrega de notarías y registros públicos a funcionarios cubanos? ¿Qué explicación “patriótica” tiene la entrega de Bolipuertos a los cubanos?
Este es un sector estratégico, como diría el propio Chacumbele, de modo que es incomprensible esa dejación de responsabilidad nacional que consiste en poner en manos de otro país los puntos de entrada y salida de carga, sobre todo en un país tan altamente importador como el nuestro.
Nos tememos que Chacumbele demuestra en este caso una condición altamente apátrida. Y la cosa es peor aún porque Chávez ha facilitado la entrada de militares cubanos a las más altas instancias de la Fuerza Armada Nacional. ¿Son meros “asesores”? Es para dudarlo porque los asesores no mandan y hay militares venezolanos, disgustados con este abuso, que cuentan de actitudes de mando real por parte de los cubanos.
Puro apatridismo. Su “asesoría” en las salas situacionales y en los servicios de inteligencia es notitia criminis y configura uno de los aspectos más odiosos de la entrega de la patria a un poder extranjero, a cuyo jefe de Estado (en retiro) Chacumbele le ha permitido la más grosera intromisión en nuestros asuntos. Ni hablar de los chinos, a quienes entrega petróleo a futuros, con precios de hoy, a cambio de un endeudamiento gigantesco, ultra apátrida.
Pero existen otras áreas donde también el apátrida se manifiesta a placer. Ha hecho la economía venezolana más dependiente que nunca del ingreso petrolero. Ha casi destruido el aparato productivo privado, así como el estatal, que está literalmente boqueando.
Somos un país que importa más del 70% de los alimentos que consume, lo cual nos hace sumamente frágiles ante bajas fuertes en los precios del petróleo. ¿Quién es el apátrida? La larga y ambigua relación con las FARC es otra de las expresiones del extraño internacionalismo apátrida del jefe del Estado. De modo, estimado amigo Chacumbele, que más apátrida eres tú.
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