Ramón Guillermo Aveledo: Hay una crisis de representatividad con las dos AN funcionando
Aveledo advirtió que la polarización de los sectores políticos no debe seguir imponiéndose por encima de la posición central de la mayoría
El exsecretario ejecutivo de la extinta Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y presidente del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, Ramón Guillermo Aveledo, considera que la polarización de los sectores políticos que hacen vida en Venezuela, evidenciada en la búsqueda de legitimación de dos parlamentos que trabajan en paralelo, es reflejo de la «prolongada crisis no resuelta» en el país y que a la larga perjudica a la población en general.
Aveledo aseguró que el pueblo venezolano reclama la falta de liderazgo político. Asegura que esa figura es necesaria para buscar un norte que apunte a la salida de la crisis y por ende, los caminos trazados por ambas facciones no han tenido resultados y se deben probar mecanismos diferentes.
Por un lado -dijo- el Ejecutivo nacional busca mantenerse en el poder «haciendo trucos y trampas a la Constitución», mientras que un sector de la oposición es de la tesis de que la situación actual debe cambiar y que el grupo al frente del país colapsará en cualquier momento.
En entrevista concedida al portal El Cooperante, Ramón Guillermo Aveledo advierte que actualmente existe una crisis de representatividad por la presencia de dos Asambleas Nacionales. La que es afín a Nicolás Maduro, no es reconocida por países vecinos de la región ni por una fracción importante de la comunidad internacional, mientras que la que es liderada por Juan Guaidó, cuyo mandato oficialmente terminó el 4 de enero, tiene su funcionamiento impedido por varios factores como la falta de espacio físico para sesionar y una cantidad considerable de diputados en el exilio, a pesar de tener respaldo internacional y dentro del país.
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«En una democracia, el control del poder y la legislación se confía a un órgano representativo, un cuerpo plural y que habla en nombre de esa diversidad de la sociedad. La convicción monocolor es impropia en los parlamentos, porque por definición son plurales y cuando no es plural deja de ser parlamento en la práctica, o nunca lo ha sido», manifestó.
Señaló que las sanciones han sido un arma de doble filo para Venezuela y detalló que es importante definir las penalizaciones que son dirigidas de forma individual y aquellas que son más generales; estas últimas son las que afectan por completo a la población y es el argumento usado por quienes están en el poder para eximirse de sus fracasos.
Enfatizó ser partidario de que la vía diplomática es la mejor forma que existe para dirimir las diferencias por encima de las opciones que impliquen armas, por lo que «debemos tener en cuenta lo que puede hacer el apoyo internacional sobre la causa democrática y un cambio político». Para ello, refiere, es importante ver señales de ambas partes de querer participar en un proceso de negociación, así como considerar tanto la visión de la comunidad internacional como de los sectores que hacen vida dentro del país.
«Uno de los defectos principales que ha tenido la política predominante en estos 22 años y nos ha llevado a lo que tenemos ahora, ha sido el unilateralismo. Es pensar que los demás sobran o somos mirones de palo en el dominó», destacó.
Cree que los venezolanos deben vencer «la antipolítica» y considerar la posibilidad de ir alcanzando posibilidades de acercamiento entre las facciones políticas y así avanzar en alcanzar los cambios necesarios para el país, siempre detectando los eventuales escollos que aparezcan en el camino para ir resolviéndolos y continuar en la consumación de objetivos.
«Insisto en no tener que ir a la negociación después de una cantidad enorme de muertos, se puede lograr si hay una actitud política y no antipolítica en los actores. Con esto se pueden disminuir los riesgos y la violencia. Evitemos caer en lo inevitable y que decidamos negociar cuando haya que recoger los vidrios de un desastre y una confrontación interna (…) La lógica de los extremos no puede imponerse sobre la inmensa mayoría que se mueve alrededor del centro, unos más conservadores y otros más izquierdistas, pero el mundo del centro y el mundo variado de la reforma es el mundo que hace posible la democracia», describió.
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A su juicio, un fallo importante en la administración de Juan Guaidó como presidente interino ha sido el querer que todo ocurra de una forma inmediata, lo que ha producido desacuerdos entre los sectores de ese sector de la oposición. Por eso, aunque ya pasaron dos años de lo ocurrido el 23 de enero de 2019 y las promesas de salir rápido del problema han hecho mella, ya que la gente entiende que no se han podido materializar esas propuestas y por ello se cae en insatisfacción sin considerar que el ambiente es mucho más complejo.
«Tiene que haber una estrategia que comprenda la gente. No es que la tarea hay que hacerla destapada, porque ya bastante ventaja tiene el grupo en el poder para darle la ventaja de que la oposición juegue con las cartas sobre la mesa; pero sí debe lograrse que los ciudadanos puedan entender de qué se trata, que sepan que tenemos un rumbo y un camino, y entiendan el valor de comprar a crédito en ese camino», comentó.
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