Reafirmo que firmo, por Laureano Márquez
Autor: Laureano Márquez
Firmar es algo complejo: La firma es un acto personal, privado e íntimo, pero cuya trascendencia es pública. Es decir, uno no firma para sí mismo, porque en la soledad del espíritu, uno se conoce o al menos cree hacerlo. Uno firma para los demás; para que los demás tengan la certeza de que uno aprueba el documento en el cual ha estampado, de su puño y letra, lo más personal que se posee: el nombre.Y es que el nombre, de alguna manera, es la persona y la persona es su nombre. Cada firma es única, como la huella digital, y ambas conforman el rasgo más distintivo de nuestra individualidad, esa conquista de la Modernidad que nos hace sujetos de deberes y derechos.
Respeto las razones que tengan los demás para firmar o no hacerlo, como espero que se respeten las mías, de las cuales dejo constancia de seguido:
-Pienso ir a firmar, en primer lugar, porque la Constitución me lo permite.
-Porque estoy convencido de que el presidente Chávez no cree en la democracia, sino que la usa para consolidar un poder arbitrario y personalista que él cree ejercer en nombre del pueblo, cuyo destino conoce mejor que nadie, por lo cual sobran las consultas.
-Porque este gobierno ha envilecido las pocas cosas nobles que teníamos. Nos ha puesto a pelear a unos contra otros por nada; ha convertido el país en una sociedad de delatores, de cínicos, de traidores; ha auspiciado la violencia; ha manipulado a los más pobres usando el hambre y las necesidades del pueblo como chantaje e instrumento de presión.
-Porque el presidente no tiene respeto alguno por las leyes, llegando incluso a desconocerlas y a incitar a su desobediencia, con lo cual quebranta su moribundo juramento.
-Porque este gobierno, que insurgió en contra de la corrupción, se ha convertido en algo mucho peor que lo que teníamos, cosa que parecía difícil de lograr.
-Por sus violaciones a los derechos humanos, incluida la más reciente que acaba de denunciarse en la cárcel de Ciudad Bolívar y que nos llena de horror.
-Porque este gobierno nos ha retrotraído a lo peor de nuestra historia.
-Porque los poderes públicos han sido puestos al servicio de un caudillo, arremetiendo en contra de uno de los valores fundamentales de la democracia: la división e independencia de los poderes.
-Porque la cultura ha sido relegada, arrinconada y amenazada, cuando no puesta al servicio del régimen.
-Porque los niños de la calle no sólo no han sido recogidos, sino que ha aumentado su número.
-Por las cadenas y las ofensas que la acompañan.
-Porque no me agrada que Chávez use relojes de marca mientras habla de miseria y aviones de lujo para viajar a cumbres en las que despotrica de las cumbres y de los aviones de lujo.
-Porque el jefe ha secuestrado la libertad de pensamiento de hombres que antes pensaban libremente y ahora callan por miedo o por comodidad disfrazada de consistencia.
-Por la mirada del bebé indígena cuya madre me pidió dinero en el semáforo y que vive en un país cuyo presidente condena el maltrato de los españoles a los aborígenes.
-Porque la pobreza ha aumentado justo en el momento en el cual el país ha tenido los ingresos más elevados de su historia.
En definitiva, porque quiero ejercer libremente mi derecho a disentir, a no estar de acuerdo, a no avalar lo que me desagrada y avergüenza.
Digo todo esto, Ismael, para ahorrarte el trabajo de ir a filmarme y a fotografiarme en la fila del reafirmazo; para que tengas por escrito y con mi nombre las razones de cada trazo del dibujo de mi firma y de los pliegues de mi huella dactilar.