Rebelión civil, por Teodoro Petkoff
La discusión sobre porcentaje de paro es totalmente ociosa. Cualquiera que haya sido, y aunque ciertamente no fue como el del 10D, el balance político del día fue claramente desfavorable a Hugo Cadena. El allanamiento continuo de hogares y oficinas por las cadenas oficiales fue provocando una cólera sorda que estalló, como un corrientazo eléctrico, cuando los canales de televisión, por fin, después de soportar durante tres años los abusivos maratones de Hugo Cadena, decidieron sacudirse esa tiranía y «partir» la imagen en la pantallita. El gesto, un verdadero acto de desobediencia civil, sacudió al país. La atmósfera política se despejó, cambiando radicalmente, y luego la impresionante concentración frente a Pdvsa Chuao, remató el día. El melancólico mitin de Miraflores (dos cuadras escasas) ya no fue de vencedores y la noche fue tomada por el pueblo antichavista tanto en Caracas como en distintas ciudades del país. El Gobierno perdió en pocas horas la iniciativa, la CTV recuperó el fuelle y extendió el paro al día de hoy. La crisis de gobernabilidad ha tomado un impulso vertiginoso. El país se le está yendo de las manos a Hugo Cadena como agua entre los dedos. Enfrentado a todos los sectores organizados de la sociedad (trabajadores sindicalizados, empresarios, medios, Iglesia), debilitado en su base popular y con la clase media en franca rebelión, con la oficialidad corroída por un malestar profundo, con la gente instalada ya definitivamente en la calle, un gobierno menos arrogante y autista que este comprendería que un gesto como el de los canales de TV marca un punto de quiebre en el proceso. El país está resteado. Pero este Gobierno de novatos, con su visión cuartelaria, no entiende esto. En lugar de abrir ventanas hacia alguna forma de diálogo y de suavización de aristas, en lugar de tratar de romper el autoaislamiento en que se encuentra, el Presidente, además del salvaje discurso del domingo pasado, nos anunció anoche, en su patético sermón, que se pasaba la espada nuevamente a su mano izquierda. ¿Cree que el país se asusta con esto? Por lo que a nosotros respecta, ahora que la tiene en la zurda puede doblarla y metérsela… en el bolsillo.
Hugo Cadena no va a poder seguir gobernando de esta manera. Ninguna sociedad resiste un estado de convulsión permanente. La única opción real que tiene es negociar. Hoy amanecimos sin sus cadenas mediáticas y anoche mandó a amarrar a sus locos. Vamos a ver qué pasa.