Recado al PCV, por Simón Boccanegra
Los camaradas del PCV, por lo visto, no conocen la historia de su propio partido. Se les disculpa, porque seguramente son todos jóvenes y no han participado de la tormentosa historia del PCV en esos tiempos en los cuales, según se jactan, ni Gómez, ni Pérez Jiménez, ni la lucha armada de los sesenta, pudieron destruir al más antiguo de los partidos políticos venezolanos. Habrían podido agregar que tampoco sus propios errores lograron desaparecerlo del mapa. Dicen los camaradas que no es en el PCV donde militaron Luis Miquilena y Alfredo Peña, ni otras personas que inicialmente acompañaron a Chacumbele y hoy lo adversan. Pues, camaradas, ustedes se equivocan. Luis Miquilena forma parte de la historia del partido que ustedes heredaron, en cuyas diferentes «fracciones» militó y hasta con su nombre y el de uno de los grandes viejos del partido, Eduardo Machado, se bautizó a una de ellas: los «machamiquis». Alfredo Peña fue también militante del PCV y Jefe de Redacción de Tribuna Popular. De más estaría decirles, pero por si acaso se les olvidó, que hay otros antiguos comunistas que no estuvieron nunca con Chacumbele y que hoy forman parte de la oposición a este. Encabezados por Pompeyo Márquez, secretario general durante los duros años del perezjimenismo, militan en las filas de la oposición Héctor Rodríguez Bauza, Antonio García Ponce y Alfredo Padilla, ex secretarios generales de la Juventud Comunista. También los acompañaron los fallecidos Antonio José Urbina (Caraquita), Bayardo Sardi, Chucho Valedón, dirigentes principalísimos de la JC. Esto para no mencionarles al MAS y a Podemos, partidos nacidos del PCV, que estuvieron con el gobierno y que no esperaron que Chávez los pateara para pasar a ser hoy emblemas partidistas del desencanto. También vienen del PCV, la Causa R y mucha de la gente del PPT, compañeros del PCV en su caída en desgracia. Desde luego, cuenten también a Freddy Muñoz y al director de este diario. Si los comunistas quieren hacerle honor a la historia de lucha y a los miles de años de cárcel que están asociados a estos nombres, no esperen a que Chacumbele termine de barrer el piso con ustedes.
