Recordar es vivir: La propaganda que llevó a Venezuela a virar al Socialismo
La propaganda muestra una ventana de lo que podría ser una propuesta política, muchas veces divorciada de los discursos en la calle y el proceder de una persona. ¿Recuerda usted las propagandas de 1998, cuando Chávez llegó al poder?
El 6 de diciembre de 2018 se conmemoran 20 años de la victoria electoral de Hugo Chávez que lo catapultó a la Presidencia de Venezuela y que no soltó hasta el 5 de marzo de 2013, cuando fue anunciada su muerte.
Pero para poder ganar en las urnas, por supuesto que hizo una campaña en la que una de sus banderas fue la convocatoria a una Asamblea Constituyente para reformar la Carta Magna de 1961, que estaba vigente hasta ese momento. Además, presentó poco antes de ir a los comicios -según recuerda el Diario de las Américas– un proyecto económico de «transición económica» que abarcaba cuatro puntos «neurálgicos», término que forma parte del neolenguaje que el chavismo ha dejado como legado.
El MAS, tolda que apoyó la candidatura, mostró una propaganda más sobria, quizás mucho más ajustada a lo que sería el prototipo del «hombre nuevo».
Proponía la dinamización de la economía, que la misma fuera «humanista, autogestionaria y competitiva, realizar o llevar a cabo «nuevas formas de relación entre el Estado y la sociedad», al igual que la diversificación del aparato productivo. Queda en usted determinar si realmente se logró ese cometido tras dos décadas de la llegada del chavismo a la cúpula del poder.
Todo eso, que venía gestándose además con los sucesos del 4 de febrero de 1992, se resumió en spot propagandístico de 30 segundos, en donde se veía a una familia amorosa y disfrutando de una cena navideña: Maríaisabel de Chávez como esposa amorosa, que luego terminara divorciada del mandatario; el fruto de su relación: Rosinés Chávez, joven polémica que ahora vive en Francia y que hace algunos años encendió las redes sociales con una foto conocida como la «Rosineg», con un fajo de dólares en una época en donde el control cambiario y el difícil acceso a los dólares estaba apenas iniciando, y sus fotos con artistas como Justin Bieber y Miley Cyrus.
Eso le valió alcanzar el segundo mayor porcentaje de voto en 40 años al obtener 56.20% de los votos, versus su principal contrincante, Henrique Salas Römer (Frijolito 1, como le gustaba decir a Hugo Chávez), quien obtuvo 39.97% de las papeletas.
¿Quién iba a pensar que esa propaganda de 30 segundos era apenas la portada de una vorágine que actualmente derivó en una crisis económica, política y social?
Por otra parte, Salas Römer llega a la carrera presidencial de 1998 con experiencia en cargos públicos, siendo su último cargo el del Gobernador del estado Carabobo, que ocupó de 1990 a 1996. De su gestión se decía que era una de las mejores porque tenía a la entidad lo mayor cuidada posible y optimizada con servicios policiales y de salud. Además era uno de los propulsores de la llamada descentralización.
Antes de llegar a las urnas, lanzó unas palabras proféticas: Uno de nosotros será presidente y aquél que sea electo (…) marcará (…) con su capacidad de unir o desunir a los venezolanos, todo lo que va a ocurrir en Venezuela en los próximos 15 años».
Para su cierre de campaña en TV, uno de las propagandas que más se rodaba en ese año era la del «malandro».