Reinaldo Quijada busca erosionarle el «chavismo duro» a la votación de Maduro

Reinaldo Quijada es ingeniero y candidato presidencial por el partido UPP89, que fundó en 2011. Así como en los años 90 criticó el bipartidismo, se sumó al chavismo en sus primeros años. Formó parte del movimiento Clase Media en Positivo y luego de Clase Media Revolucionaria, amén de militante del PSUV
Autor: Víctor Amaya | @victoramaya
–¿Por qué lanzarse a una elección con campaña tan corta, de condiciones tan adversas y con poco tiempo para presentar propuestas y enfrentar el ventajismo oficial?
–El ventajismo es abrumador, inmoral y sin ningún recato ni medida. Sin embargo, creemos que la estrategia de la abstención, que la respetamos, no puede tener éxito porque los funcionarios públicos y los beneficiarios de los apoyos, bonos, de las cajas Clap y portadores del carnet de la patria van a ser obligados a ir a votar, bajo amenaza de coacción, chantaje, manipulación, amedrentamiento, persecución. El gobierno ha usado todas las prácticas perversas, incluyendo darle dinero a la delincuencia. Mucha parte del pueblo se le va a voltear al presidente Maduro luego de tantos años de irrespeto, y por eso tiene que haber una opción o varias opciones para que esa gente que obliguen a votar pueda hacerlo por alguien distinto al candidato Maduro.
–Usted se inscribe en la corriente del chavismo. ¿Es Maduro quien se alejó de ella, la traicionó?
–A mí no me gusta utilizar los mismo términos que utiliza el lenguaje tan grosero y vulgar del gobierno y del partido PSUV. Yo no califico de traidor a nadie, pero sí creo que el gobierno del presidente Maduro es inepto e ineficiente, totalmente. Nosotros reivindicamos de los años del presidente Chávez, fundamentalmente la inclusión social. Es decir, el derecho a la salud, a la alimentación, a la vivienda, a la seguridad social, a la salud. Todos sabemos que esos derechos, que en un momento dado sí se estaban satisfaciendo, hoy ninguno se cumple.
–¿Eso es consecuencia de cómo se ha conducido el gobierno, incluso en lo filosófico, o porque se agotó la chequera tan grande que sostenía tal estructura de Hugo Chávez?
–Yo diría que ambas cosas. La política económica siempre fue un fracaso. En época de Chávez había muchísimos recursos y los efectos no se veían, y hasta 2012 el PIB creció, así como el consumo de alimentos, el poder adquisitivo en términos reales era positivo, había bajado el desempleo… pero decir que había una política económica sólida, no. El gobierno del presidente Chávez tuvo aciertos importantes en la parte social, que se han ido desvirtuando con el tiempo.
–¿Usted cómo entiende las elecciones convocadas por la constituyente y que se afirma desde sectores técnicos y opositores que no son legítimas?
–El tema de la constituyente no nos preocupa. Hemos dicho que nos juramentaríamos ante la constituyente y al día siguiente más de la mitad de los constituyentistas se le voltean a Maduro. Con un presidente derrotado, no va a tener la fuerza política para ni siquiera mantenerse mandando hasta el 10 de enero de 2019. Son realidades de la política que no te vas a poder substraer a ella. Creemos que hay que enfrentar la estrategia de la abstención porque no va a tener éxito. Y no lo decimos solo nosotros, sino también Claudio Fermín, Luis Vicente León y muchos más. Nosotros sí pensamos llegar hasta el final. No creemos tampoco que el problema sea el Consejo Nacional Electoral. Aquí se han creado muchos mitos con los que, intencionalmente, el gobierno ha querido crear una matriz de opinión en torno a que el voto no es secreto y que nadie los va asacar del poder ni lo van a entregar por los votos. Eso no es inocente, ni solo por soberbia, sino que buscan crear una matriz de opinión.
–En encuestas aparece Maduro de primer lugar al preguntar quién va a ganar la elección.
–Nosotros estamos convencidos de que Maduro no solo es derrotable sino que va a ser derrotado. Hay una experiencia en las elecciones de 2015. El pueblo votó en contra del gobierno de manera contundente. La oposición no supo capitalizar ese triunfo, pero ya hay un antecedente. Y la gente puede sacar las referencias de 2017, pero los pueblos son más inteligentes de lo que la gente cree. El costo beneficio de votar en 2017 por un opositor no era ventajoso, porque hubo amenazas al pueblo de que si ganaba el candidato opositor, no iban a llegar las ayudas, los Clap. Y en sobrevivencia y precariedad absoluta, no recibir la caja del Clap es una tragedia. Ahora, en cambio, hay la oportunidad de sacar es a Maduro.
–Las condiciones electorales son peores que las de 2015, según opiniones técnicas.
–Un candidato como Maduro puede ganar con el 25% de los votos si la abstención es muy alta. El gobierno cuenta con un voto que es en porcentaje pequeño, y las encuestas no están dando resultados correctos porque ningún funcionario público va a afirmar que va a votar contra Maduro, por el nivel de persecución y amenaza. La gente desconfía del encuestador. Nosotros sentimos que podemos erosionar algo de ese supuesto chavismo duro. Hay una parte muy clientelar, es cierto, pero hay otra que no, que se aleja de la oposición pero estaría dispuesto a votar por nosotros porque nuestro origen es más cercano.
–Una encuesta de Datanálisis de marzo, señala que 59,2% está seguro de participar en las presidenciales. ¿Cómo creen que se deba incentivar el voto?
–Es un reto difícil. Creo que en la medida en que se acerque la fecha del proceso electoral y aumente la efervescencia, la gente sí va a ir a votar. Repito, hay un porcentaje que irá obligada, pero no va a votar por Maduro. Ya de por sí, esa gente sí va a participar. En última instancia, es necesario dar la pelea. No puedes esperar que las condiciones sean favorables. Es obvio que quien tiene el sartén por el mango es el gobierno. La lucha es por quitárselo y, por lo menos, si salimos derrotados, es decirle al país la situación actual de un gobierno que es un desastre pero además haciendo crítica. A ellos les duele mucho nuestra crítica. UPP89 se inició en 2011 y desde entonces ellos no confrontan con nosotros, sino que optan por invisibilizarnos (sic).
–¿Cuáles son las principales líneas estratégicas del programa de gobierno que le presentan al país?
–Nuestro programa se llama La vía para salir de la crisis, y tiene tres elementos medulares: la reconstrucción política, institucional y económica. Hablamos de reconstrucción y no de recuperación porque el país está en el suelo. La reconstrucción política es recuperar la política entendida desde la dimensión ética, que contrasta con la política del poder por el poder en sí mismo, que representa Maduro. Cuando hablamos de ética, hablamos del ser humano como centro de nuestro accionar. La reconstrucción tradicional de los poderes públicos se amplió en Venezuela, pero aquí se concentró el poder en el Ejecutivo, que lo controla todo. Nosotros decimos que hay que otro poder, el Poder Monetario. La reconstrucción económica se basa en la recuperación del aparato productivo nacional. Hay que trabajar con el sector privado serio, con el cual es necesario sentarse sector por sector, y recuperar la confianza.
–El expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero propuso generar un consenso post electoral entre ganador y derrotados. ¿Usted se sentaría en una misma mesa que el ganador, aun si no es usted?
–Yo no creo posible un nivel de consenso con el gobierno del presidente Maduro. Sentarme en la misma mesa, puede ser desde un punto de vista crítico si ellos lo aceptan. Pero a ellos no les gusta pues quieren que uno sea complaciente. Como decía Platón, la democracia es el régimen de los lindos nombres. Entonces, hablan de consenso, concertación, entendimiento, pero resulta que nada de eso realmente se cumple, no hay un ocnsenso verdadero sino que todo es un juego de mentiras e hipocresías. Bajo esa premisa de que uno pueda decir estas mismas cosas, estoy dispuesto a sentarme.
–¿La tarjeta que lo apoya a usted, UPP89, en dónde se ubica en el tarjetón?
–Tiene una variedad de colores, porque somos el partido más nuevo del espectro electoral y casi todos los colores han sido escogidos. Estamos en la última fila, la segunda de izquierda a derecha. La manera más fácil de reconocerla es que el UPP89 es el único partido con un número.