Representante de la FAO considera «interesante» el CLAP pero dijo que debe mejorarse
La opinión de Alexis Bonte va orientada a que en los CLAP deben incluirse otros alimentos como verduras y complementar la oferta de productos
El representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Venezuela, Alexis Bonte, consideró este viernes 15 de octubre que las políticas públicas de la administración de Nicolás Maduro para facilitar la alimentación de los ciudadanos como los Comités Locales de Abastecimiento y Protección (CLAP) y el Programa de Alimentación Escolar (PAE) son «interesantes» pero sí advirtió que es importante ver de qué forma se optimizan.
En entrevista concedida a VTV, Bonte resaltó que si bien el CLAP ha servido para complementar entre un 10 y 20% la alimentación de base en la población que lo recibe, es importante analizar la posibilidad de aumentar y diversificar la comida que se entrega a través de esa iniciativa. En ese sentido, detalló que hay productos energéticos como pasta, arroz y aceite, pero que debe verse la posibilidad de cómo integrar más nutrientes en esas entregas como las verduras, a pesar que su ciclo es más complicado.
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Respecto al PAE, el representante de la FAO en nuestro país dijo que esa iniciativa es muy interesante porque, junto a la Ley de Compras Públicas, puede ser una oportunidad para los agricultores y la siembra de verduras y hortalizas de ciclo corto. Manifestó que respaldan el proyecto de siembra en las escuelas que se hace con el Ministerio de Educación y estimó que si se trabajan unas 100 hectáreas, se podría alimentar a todo un municipio, con lo que se estimula además la producción local.
A su juicio, el principio que se maneja en Venezuela de que la comida no tiene que ser un producto mercantil es importante a nivel filosófico. Sin embargo, comentó que es difícil traducir ese pensamiento a cosas concretas, ya que la elaboración, cosecha y los demás procesos que tienen que ver con la obtención de alimentos tiene que tener un costo. Por ello, cree que para llegar a ese norte, o bien el Estado posee el suficiente músculo financiero para hacerlo u orienta su presupuesto para ello.
Alexis Bonte hizo referencia que para el año 2014, las cifras de la FAO recogieron que en Venezuela se logró alcanzar menos del 3% de los niveles de inseguridad alimentaria, pero refirió que actualmente la situación ha cambiado por las circunstancias económicas que perjudican al país y ante esa situación, expresó que se debe analizar lo que se ha hecho hasta el momento y mejorar los procesos. Reconoció que anteriormente había una política de subsidios dependientes de la renta petrolera, pero aclaró que este indicador no depende solamente de nuestro país sino de la comunidad internacional.
«Desde hace dos o tres años han habido mejoras con la economía. La perspectiva económica de crecimiento es casi de 2%. La economía está mejorando también en Caracas», detalló y subrayó que aunque hay un supuesto crecimiento, es importante ver de qué forma las clases menos favorecidas pueden disfrutar de la bonanza porque, aclaró, que a pesar que hay una mayor variedad de productos en los anaqueles, no todas las personas tienen la facilidad de comprarlos.
Destacó que debe haber un cambio en la concepción de cómo nos alimentamos debido a que los actuales procesos deben modificarse en pro de la naturaleza y de una mejor utilización de los recursos, sobre todo al observar el antes y después de elaborar y consumir los alimentos debido al tipo de desechos que se generan. Además aprovechó para insistir que estas fallas tienen un impacto en la naturaleza y en las desigualdades sociales.
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Advirtió que el sistema alimentario en el mundo es el que más gases invernadero produce al referir que es el 30% del total de los que afectan a la Tierra y es entonces que surge la necesidad de hacer una hoja de ruta para minimizar este impacto, como por ejemplo la cosecha de alimentos en ciclos cortos.
Según su opinión, Venezuela -al igual que El Congo- tienen un potencial para poder generar los recursos que la población necesita e hizo énfasis que se debe fomentar la cultura de comprar lo que se produce más cerca de los campos. Eso se traduce en que las autoridades deben analizar la forma en la que se debe aumentar la producción y reducir las importaciones, ya que con el dinero que se invierte trayendo productos desde el extranjero, se puede invertir para respaldar a las comunidades rurales.
Bonte dijo que con un trabajo de concienciación a los consumidores se pueden alcanzar esos objetivos ya que es él el que dicta las políticas del mercado. Pero para eso, es importante ir de forma progresiva y evitar los cambios fuertes. En ese sentido, comentó que las importaciones en Venezuela rondan el 60% y de acuerdo a sus estimaciones, para hacer modificaciones podría irse ajustando en cada 10% anual y darse así un margen de cuatro a seis años para cambiar la mentalidad de la población.