Saltos de talanquera, por Simón Boccanegra

La Ley antisaltos de talanquera, aparte de lo ridícula, muestra, como todas las demás, la faceta totalitaria del régimen. Esa ley pretende paralizar por la vía de la intimidación y la amenaza nada menos que la dinámica política. Pretende mantener la tropa parlamentaria gobiernista inmovilizada. Cambios de postura política de partidos enteros, con el correspondiente cambio de posición de sus diputados, quedan «prohibidos». Las rupturas de PPT y Podemos, por ejemplo, habrían comportado la expulsión de sus parlamentarios de la Asamblea. Diputados del PSUV que pudieran cambiar de opinión, como en efecto lo hicieron los que componen el llamado Bloque Humanista, quedarían clavados en sus curules por la vía del chantaje. Es una ley salvaje, inimaginable en ningún país democrático. Sólo a Chacumbele, mentiroso compulsivo, se le ocurre decir que eso ocurre en muchos países.
Por otro lado, así será de frágil la lealtad de los suyos que Chacumbele no se siente seguro de sus nuevas focas. Necesita sujetarlos por esta forma de terrorismo de Estado. Ahora, si a ver vamos, al primero que habría que aplicarle esa ley es al propio Chacumbele, quien ha protagonizado el más gigantesco salto de talanquera jamás visto en este país. Fue elegido con base en un programa democrático y de pronto nos ha salido con ese engendro totalitario y dictatorial llamado «socialismo del siglo XXI». Eso sí ha sido un fraude y una estafa a la opinión pública, que creyó una cosa y le salieron con otra. Sin embargo, el país castigará ese salto de talanquera en su debido momento, el 2012, aplicando no esa ley estúpida que ahora aprueban sino la mera Constitución.