Semilla del mal, por Simón Boccanegra
El madurismo va a sancionar una nueva Ley de Semillas, para endogenizar la producción de este insumo. Aseguran que con la nueva ley vamos a ser una potencia agrícola. La misma promesa que hacía el finado, quien en lo único que logró hacer una potencia a Venezuela fue en la producción de paja, siendo su principal productor el prócer de Sabaneta. Ahora sus herederos dicen que con esta nueva ley nos vamos a librar de los alimentos transgénicos, que según la parlamentaria Blanca Eekhout ponen en riesgo la salud humana. Sin embargo, en todo esto hay algo que no cuadra. Si esas semillas transgénicas son la amenaza que pinta la diputada madurista, suponemos entonces que todos los alimentos que importa el Gobierno son producidos sin utilizar ese tipo de semillas. Los ganaderos argentinos, brasileños y uruguayos que crían buena parte de las vacas y pollos que nos comemos, ¿alimentan sus animales con comida producida con semillas no modificadas genéticamente? La misma pregunta se puede formular en relación con el resto de los alimentos que importamos, cada día más por cierto.
Le sugerimos a la bancada madurista que pida información sobre este punto a los gobiernos hermanos de donde viene la comida, para salir de dudas. Otro objetivo de la ley es garantizar la soberanía alimentaria, es decir que para alcanzar esa tan cacareada soberanía lo que faltaba era una ley, realmente un detalle insignificante tomando en cuenta la mayoría parlamentaria de la que han disfrutado. Seguro que al poco de sancionarse esta legislación inundamos al mundo de comida y, además, sana. Blanca, apúrate, la humanidad te lo demanda.