Siembras ilegales e invasiones proliferan en el parque Henri Pittier
Este 13 de febrero, cuando se cumplen 84 años de la fundación del parque, son muchos los problemas que atraviesa esta área protegida y quienes tienen la obligación de velar por ella
Movimientos de tierra, siembras, talas e invasiones son algunos de los incidentes que han observado recientemente en el Parque Nacional Henri Pittier vecinos de El Piñal, Corral de Piedra y Los Rauseos, ubicados en elmunicipio Mario Briceño Iragorry del estado Aragua.
“Hay huertos familiares, siembras de café y cacao y la construcción de galpones para cerdos, también viviendas. Se aprovechan de permisos para recoger leña de ramas y troncos arrastrados hace semanas atrás por la crecida de los ríos El Piñal (o quebrada Los Manguitos) y Corral de Piedra (o quebrada Capuchinos) que dejaron amplias zonas sin vegetación alguna. Esto atentan contra la integridad de esta importante Área Bajo Régimen de Administración Especial (Abrae). Se está violando la Ley Penal del Ambiente. Es un ecosidio”, denunció a TalCual un habitante de la zona, quién prefirió mantener su nombre en anonimato.
No es la primera vez que esto pasa, en 2018 vecinos de la urbanización El Castaño y La Vaquera denunciaron invasiones y deforestado para construir casas en el parque. En ese entonces, la denuncia fue realizada por Ramón Pino, directivo de la Asociación de Vecinos de El Castaño.
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“Desde el año pasado se comenzaron a registrar varias siembras en la zona sur del parque. Por La Pedrera, Cocorotal, Los Naranjos. Siembras pequeñas, realizadas por vecinos del sector, con varias de estas personas se acordó que después de la cosecha debían sembrar árboles propios del parque, para reforestar. Esta fue la medida establecida para la resolución del conflicto. Sin embargo, hoy la situación es preocupante. Hay gran cantidad de siembras, en distintas partes del parque, la mayoría de café y cacao, esto está afectando varias zonas”, aclara Marlene Sifontes, secretaria del Sindicato Unitario Nacional de Empleados Públicos del Instituto Nacional de Parques (Sunep-Inparques).
El primer parque nacional de Venezuela
El Henri Pittier fue creado el 13 de febrero 1937 bajo el nombre de “Rancho Grande”, convirtiéndose en el primer parque nacional de Venezuela. En 1953 fue rebautizado con el nombre “Henri Pittier”, en honor al naturalista y botánico suizo, pionero en la creación de parques nacionales en el país.
En este espacio se encuentran cientos de especies animales y vegetales, algunas únicas en el mundo, desde mamíferos e inmensos árboles hasta insectos y pequeños anfibios; más de una docena de ríos y un importante paso de aves migratorias, además de pueblos costeros donde anidan tortugas marinas y se da cultivos del cacao de Chuao, el único con denominación de origen certificado en el país.
Los incendios dentro del parque han ocupado la principal razón de deforestación en los últimos años. De acuerdo a versiones de vecinos y organizaciones ambientales muchos de estos sido provocados para facilitar la invasión progresiva del parque, así como la expansión de las zonas agrarias.
“Muchos de los incendios que ocurren en el parque se producen por quemas que hacen personas particulares para sembrar. El incendió que le provocó la muerte al bombero forestal Iván Sánchez, el año pasado, comenzó por una gente que estaba quemando para sembrar”, recordó Sifontes.
En cuanto a las construcciones dentro del parque, explicó que en 2019 se hicieron unas cochineras, aupadas por el alcalde del municipio Mario Briceño Iragorry, Brullerby Suárez, pero estas fueron arrastradas por las precipitaciones de septiembre del año pasado.
“Las lluvias arrasaron con esas cochineras, que estaban cerca donde en 2012 se intentaron construir unas casas de guarnición para unos militares. Y es cierto que hay viviendas informales construidas en áreas del parque, por la parte de Santa Clara (municipio Girardot)”, asegura.
Trabajadores del parque, sin condiciones y sin poder evitarlo
Inparques y sus trabajadores, al igual que otros sectores del país como Salud y Educación, padecen de falta de recursos y personal que les permita cumplir con sus funciones.
«No hay carros para hacer vigilancia y control. El año pasado se dejó de hacer inspecciones en el Henri Pittier, tanto por parte de los guarda parques como del personal técnico, por la escasez de combustible. Hoy Inparques no cuenta con vehículos, ni equipos necesarios para cumplir con sus labores de vigilancia y control. El sueldo, que es el equivalente a 0,75 centavos de dólar, y las malas condiciones laborales, han hecho que muchos trabajadores valiosos hayan renunciado, siendo sustituidos por personas que no conocen los procedimientos, la Ley Penal del Ambiente ni los planes de ordenamiento reglamento y uso de los parques. Gracias a esto hemos visto tantas irregularidades en los parques, que van más allá de siembras. Estos últimos años hemos visto construcciones de viviendas, mansiones promovidas por los que están en el poder y bajo la mirada cómplice de autoridades de los parques”, explica Sifontes.
El pasado lunes 8 de febrero aprovecharon la visita de Relatora sobre los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Alena Douhan, y le hicieron llegar un documento en el que exponen la situación de los trabajadores de Inparques.
Parques nacionales en revolución
Las siembras, invasiones o construcciones no permisadas no son exclusivas del Henri Pittier. En los últimos dos lustros parques nacionales de distintas regiones del país, y de distinta naturaleza, han sido intervenidos y violentados con el consentimiento del Ejecutivo. Tal es el caso de la construcción de casas dentro del Parque Médanos de Coro (Falcón), así como en Los Roques, Mochima (Anzoátegui), La Restinga (Nueva Esparta) y en El Ávila (Caracas).
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“Desde el año 2011, con la llegada del Frente Francisco de Miranda al instituto, presidido por María Isabela Godoy, se promovió la construcción de viviendas en los parques. Todas sin estudio de impacto ambiental ni sociocultural ni permisos de nada. Violando hasta convenios internacionales como el Ramsar, que incluye a La laguna de la Restinga”, indica.
En los parques nacionales El Ávila y Macarao también se han registrado siembras de café. En el primero, por la parte del cortafuego; en el segundo, la actividad fue ordenada por el Ministro de Ecosocialismo (Oswaldo Barbera) y por el presidente de Inparques (Josué Lorca) ordenaron sembrar café y están obligando a los guardaparques a vigilar la siembra y la cosecha; mientras en los puestos de guarda parques no hay ni agua, o no tienen luz”, rememora.
En cuanto al Ávila, Sifontes recuerda que este era modelo latinoamericano por el sistema de protección que tenía, por el sistema hídrico y por el cortafuego. “Sembrando encima del cortafuego le quita el sistema de protección, por eso el incendio del año pasado”.
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Venezuela es uno de los 17 países megadiversos en el mundo. Cuenta con 44 parques nacionales, 64 parques de recreación y 37 monumentos naturales se encuentran en este terruño del norte de Sudamérica, pero “hoy todos los parques tienen problemas, no hay un parque que se salve. Todos tienen alguna intervención, no hay respeto y lamentablemente eso va a traer problemas con el agua. El agua no nace en los chorros, viene de los parques nacionales. Están destruyendo nuestro sistema nacional de parques”, advierte Sinfontes.