Socialismo o Macarthismo, por Teodoro Petkoff
La lista de Fogade que llegó a TalCual merece una investigación a fondo por parte de la Fiscalía. En este caso no estamos ante circunstancias de trabajadores públicos que individualmente denuncian discriminación o despido sino ante un trabajo sistemático y completo de clasificación y calificación de TODOS los trabajadores de un ente público de acuerdo con sus preferencias políticas, acompañado posteriormente de la utilización de la lista de Tascón para completar la información anterior con los datos sobre las firmas.
Pareciera que cuando Caldera Infante llegó a Fogade «encargó» ese trabajo de espionaje a la nueva gerencia de seguridad interna. Es obvio que el trabajo se hizo sobre la nómina que todavía incluía al anterior presidente de Fogade, Rómulo Henríquez, así como a su personal de confianza, de libre nombramiento y remoción, que, como es costumbre, y a pesar de su clasificación número 1 (chavistas duros), acompañaron a Henríquez en su salida. Pero los despidos masivos de decenas de otros trabajadores de la nómina regular probablemente se produjeron una vez consultada la lista de Tascón.
Si se determinase la autenticidad del documento -tarea que toca a la Fiscalíasurgen inmediatamente varias preguntas inquietantes. ¿Esta mecánica represiva, simultáneamente macarthista, stalinista y fascista, fue un caso aislado, localizado en Fogade o se produjo también en otras instituciones públicas? Tocará a la Fiscalía dilucidar el punto.
En todo caso, esta suerte de «lista de Schindler» al revés pone de bulto un espíritu represivo metódico, de escala «industrial» diríamos, que fríamente podía decidir el destino de la gente, despersonalizándola absolutamente. No había que consultar hoja de vida, currículum, años de trabajo. Los trabajadores no tenían rostro, pasaron a ser números y letras. De esas letras y esos números dependía el empleo.
La Fiscalía corre o se encarama. No estamos ante un cangrejo, ante un verdadero Leviatán: sino ante evidencias físicas de posibles abusos de poder y de discriminación y segregación política. La averiguación es muy fácil de hacer.
La lista de Adolfo Tascón y sus consecuencias se ha transformado en un escándalo público. Chávez, consciente de la magnitud de esta perversión macarthista, en hábil huida hacia delante, clavó en la picota a Tascón y se sacudió de cualquier responsabilidad. Pero produjo una confesión de parte, que releva de pruebas. Sin embargo, pruebas sobran. La de Fogade brilla con luz propia.
La Fiscalía, que a regañadientes, abrió una averiguación, tiene material con el cual trabajar. Comenzando por establecer cosas tan obvias como la responsabilidad de Tascón, lo cual implicaría solicitar el allanamiento de su inmunidad parlamentaria.
O cosas tan obvias como la responsabilidad de Caldera Infante en el caso de Fogade, lo cual debería suponer su inmediata separación del cargo. De la Fiscalía depende que en el país se consagre el macarthismo impunemente, como política oficial y definitiva, o que sea derrotado para siempre y excluido de nuestra ya de por sí tormentosa vida política.