Soldado que corre sirve pa’ otra guerra
A Hugolino le ha dado ahora por afirmar en todas partes que él no renuncia a la presidencia. Lo dijo en el acto de la avenida Bolívar y ayer lo repitió en Europa. Lo dice tan enfáticamente que cualquiera creería que él nunca ha renunciado ni se ha rendido. Pero Hugo se ha rendido dos veces: el 4F y el 11A también. La primera vez contó sus cañones y los del adversario y llegó a la conclusión (sensata, por lo demás) de que debía rendirse. Y lo hizo. La segunda vez, después de revisar telefónicamente guarnición por guarnición, dijo al Gabinete: «La situación militar es desventajosa». Y después de un breve debate, con telefonazo de Fidel incluido, descartó la proposición de Rangel de inmolarse o de irse a Maracay, para juntarse con Baduel, y entregó la pistola a Hurtado Soucre. «Vamos a Fuerte Tiuna». Miraflores no fue tomado. Hugo se rindió literalmente sin pelear. Nuevamente fue una decisión sensata. No sé por qué se avergüenza de ese honorable pasado y quisiera borrarlo, haciéndose ahora el supermacho, en lugar de reivindicar, con el ejemplo viviente que es, aquello de que soldado que corre sirve para otra guerra.