Tascón cayó en la Lista, por Simón Boccanegra

¡Las vueltas que da la vida! Quién iba a pensar que a Luis Tascón lo iba a agarrar la Lista Tascón. Digno de Ripley, pero era previsible, porque Tascón, dígase de él lo que se diga, tiene cabeza propia y al Gran Capo no le gusta eso. Un partido que no existe, que no tiene estructuras ni dirección, ni estatutos pero sí un tribunal disciplinario designado a dedo por Yo-El-Supremo, expulsó de sus fantasmagóricas filas al ruidoso diputado tachirense. Dios castiga, sin palo ni mandador, decían las damas antañonas. Ha sido víctima de la propia intolerancia y discriminación política que tanto contribuyó a crear con su perversa «lista». Nunca imaginó que ese mecanismo infernal, puesto en marcha por él, se lo iba a tragar después. Quizás ahora tenga tiempo de reflexionar sobre la ironía de su situación. Un régimen construido sobre la intolerancia y el pensamiento único, que no tolera oposición y ve traición en la disidencia o en la opinión distinta, termina abatiendo a quienes, incluso en sus propias filas, se les escapa una palabra «imprudente». Lenin comenzó ilegalizando a los otros partidos rusos y terminó prohibiendo las tendencias internas en el partido bolchevique. Fidel dirigía de hecho el irreverente diario Revolución y su no menos fresco, creativo y famoso Lunes.Terminó cerrándolo y acuñando aquel apotegma siniestro de que «dentro de la revolución, todo; fuera de ella, nada». La «revolución» era él, así que, pensando como él, todo; pensando distinto o, peor aún, contradiciéndolo, nada.Tal vez Tascón entienda ahora para qué quiere el Big Papi un partido «suyo de él»: para que nadie se atreva a pensar y, mucho menos, a hablar sin su previa autorización.