TBT | José Brito, el sancionado que no falta en una elección
El recorrido electoral de José Brito empezó en 2005 cuando resulto electo como concejal del municipio Simón Rodríguez en Anzoátegui. Desde entonces, se ha postulado a alcaldías, gobernaciones y como diputado a la Asamblea Nacional, puesto que consiguió en dos ocasiones
José Dionisio Brito García, economista, empresario y político, aparece en el tarjetón electoral como candidato del partido Primero Justicia (PJ) intervenido, de Primero Venezuela, Unidad Venezuela y Unidad Visión Venezuela.
De 51 años, Brito se inició en la política militando en las filas del Movimiento al Socialismo (MAS) y de Podemos. Fue concejal del municipio Simón Rodríguez (2005-2008) del estado Anzoátegui y diputado a la Asamblea Nacional (2015) por Primero Justicia, organización de la cual lo expulsaron en 2019 cuando se le acusó de participar en la «operación Alacrán», una estrategia que tendría como objetivo implosionar a la oposición desde el oficialismo. Fundador de Primero Venezuela, obtuvo la reelección con el respaldo de esa organización como diputado en 2020.
En 2013, se postuló a la alcaldía del municipio Simón Rodríguez, con el apoyo de la MUD y obtuvo 25. 618 votos, equivalente a 34% de los sufragios, pero perdió frente al candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Jesús Figuera.
En 2021, se postuló como candidato a la Gobernación del estado Anzoátegui, con el apoyo de los partidos que formaban parte de la Alianza Democrática. Prometía reactivar las zonas agrícolas y ganaderas. Durante la campaña, hizo un video en el cual movía las caderas con fuerza, mientras aseguraba que les daría «la mamá de las palizas» a sus competidores. Obtuvo 28,04% de los votos, con los que superó a Antonio Barreto Sira, el opositor que buscaba la reelección, pero perdió ante Luis José Marcano, candidato del oficialismo.
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Hoy, su propuesta de gobierno lleva por nombre Plan B, y reúne soluciones a las graves fallas de los servicios públicos: agua, electricidad, gasolina y salud.
En un eventual gobierno de José Brito, se solucionaría―en teoría―el descalabro sanitario mediante la reconstrucción y dotación de los hospitales y una agenda de subsidios para los trabajadores de este sector, a través de programas de viviendas, educación, alimentación y créditos que estos pagarían con servicios, no necesariamente con dinero.
También plantea indexar el salario, es decir compensar las pérdidas de los ingresos frente a los embates inflacionarios y la devaluación de la moneda. Y promover el retorno de los venezolanos que han salido del país mediante oportunidades de trabajo y desarrollo, apoyo económico, capacitación laboral, reconocimiento de títulos y calificaciones académicos conseguidos en el extranjero.