Tenemos que enseriar la política, por Ángel Monagas

Twitter e Instagram: @AngelMonagas
Tenemos veintitrés años siendo gobernados desde Miraflores, por el chavismo, hoy madurismo, que para mí es lo mismo.
En la oposición hemos criticado al chavismo, su estilo de vida, el de su familia, su obsesión con visitar y disfrutar el imperio, fundamentalmente el representado por Estados Unidos.
Un viejo refrán de la Roma antigua señalaba «La mujer del César, no solo debe parecerlo, sino serlo».
Los líderes de la oposición tienen más de 20 años dictando cátedra acerca del comportamiento inmoral de los autodenominados comunistas chavistas y maduristas.
¿Cuántas críticas hemos escuchado sobre las hijas de Chávez, del propio Nicolás Maduro y su familia, de Diosdado, por mencionar tres?
Válidas o no, denotan una enseñanza, un signo, lo que queremos y debemos cambiar los venezolanos para tener un mejor país.
Cuál es el problema
No sólo es cambiar, un partido o unos actores por otros. No basta con ser distintos, tenemos que ser mejores. Caso contrario creamos vacíos peligrosos, espada de Damocles que después vendrá contra los que la empuñaron.
Argumento falaz
Una manera de tratar de silenciar la crítica, es el uso de falacias que también se conoce como sofismas.
Las falacias se usan con la intención de engañar y tratar de imponer la visión sobre el otro, pero, en ocasiones, se usan sin querer. Los políticos son unas estrellas en eso. En usarlos. No todos tienen la maestría para hacerlo.
Este comportamiento denota además la vieja actitud de censurar que tienen muchos factores políticos, incluidos los de la oposición. Peor aún, muchos medios, portales, empresas de comunicación lo hacen y se esconden bajo la falacia de la línea editorial.
El que engaña tiene mañas
Los líderes, dirigentes y voceros son fundamentalmente generadores de contenidos para intentar convencer. De allí la diferencia de cada uno.
Hay diputadas del chavismo y de la oposición, que hablan de la miseria, de la pobreza, como maniquí de vidriera: Ellas exageradamente arregladas, perfumadas, mostrando marcas, si sumamos los costos de sus trajes superan los mil dólares.
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Los pobres de los cerros, de los barrios, las ven extrañas.
Una cosa es andar bonitas y otra la ostentación de una riqueza que algunas no pueden explicar.
Cuando el médico es cirujano, se lava las manos, usa guantes, se cubre el rostro. Estas no. Pretenden irrumpir en la pobreza mostrando que ellas no lo son.
Ese proceso de comunicación está condenado al fracaso.
Lo mismo ocurre con muchos hombres.
Se quejan de la cesta básica, de lo que cuesta y luego se van a Las Mercedes a gastar 10 veces el costo de ella.
Tenemos que enseriar la política.
Si por lo menos no se aparenta, no puede haber conexión.
Escucho a muchos hablar de la crisis del agua, de la electricidad, de la gasolina, de la inseguridad y ellos viven en palacetes donde nada de eso se observa.
Les aseguro que otra sería la situación política si nuestra oposición, que es la alternativa, padeciera y experimentará en carne propia lo que el venezolano de a pie.
Ciertamente no tengo que ir a Roma para saber que existe. El asunto es dónde queda mi solidaridad. Mi muestra de respeto a las miles de familias que sobreviven.
Nuestra clase política como lo estableció el sabio Perelman necesita una nueva retórica.
Caiga Quien Caiga
El héroe de la segunda guerra mundial, Winston Churchill dijo «Quien se arrodilla para conseguir la paz, se queda con la humillación y con la guerra».
Ir a un diálogo sin garantías mínimas y sin demostraciones fehacientes de querer resolver la crisis política, es más que una estupidez, una entrega, una declinación a la lucha, a los cientos de muertos en protestas y a los presos políticos y sus familias.
De la misma manera, agotar todo en una vía electoral con una vía tortuosa, llena de baches, sin luz, es regalar la oportunidad de lograr el cambio esperado.
De buena fuente me informan que los gobernadores electos de la oposición y algunos alcaldes, acudirán próximamente a la sede de la Asamblea Nacional electa en el 2020. ¿Cómo calificaría usted este acto? ¿Reconocimiento expreso de una instancia hasta el presente negada o simple gesto de cortesía? Haga usted el juicio.
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En Venezuela tenemos el Tren del Norte en Zulia, Tren de Aragua en el Centro y ahora tenemos el Tren del Llano. Todos nacidos bajo el mismo esquema, provistos de armamento militar y para extorsionar al sector ganadero y productor.
Como lo señalamos en columnas pasadas, me cuesta entender a los que dicen representar la oposición en el país: Los chavistas ortodoxos quieren participar en las primarias opositoras, incluido Rafael Ramírez. ¿Qué dice de esto Ramos Allup quien ha sido muy fuerte con partidos que él denomina “alacranes”? Otras fuentes me aseguran que hasta el 4F Arias lo está pensando.
Tengo trabajo para descifrar la política comunicacional del gobierno de Estados Unidos. Por un lado viene a Venezuela, una comisión en su nombre y se reúne nada más y nada menos que con Nicolás, Cilia y Delcy en el despacho presidencial de Miraflores y de repente leemos que el comando Sur hace una acusación de «narcotráfico». ¿Es o no la postura oficial?
Sobre el tema eléctrico no se dice ni la cuarta parte de la verdad. Venezuela tiene una demanda promedio de 10 mil Megavatios. Por encima de allí empiezan los llamados «apagones». Imaginen si el sector industrial, que es apenas el 20% de lo que era hace unos 10 años, funcionara. La mitad de ese sector genera su propia electricidad, pero de ellos solo trabaja el 30% del porcentaje anterior. Hoy la demanda, a pesar de que se han ido unos 6 millones de venezolanos, es esencialmente residencial.
No me quiero imaginar si se llega a prender Sidor, o la industria del aluminio, las cementeras o la propia industria petrolera que tiene motores como los balancines que consumen bastante energía. Desconocer eso. No anunciarlo al país es un crimen. La solución es financiera y recursos no hay.
AL CIERRE: Es una maldad la intención de promover ante la Santa Sede la salida del Padre Nedward, quien es el párroco de la Basílica de Nuestra Señora de la Chiquinquirá en Maracaibo. Yo que no soy católico vi como ese sacerdote apoyó en materia de vacunación, hizo misas virtuales, logró un comedor que pronto debe comenzar, recorrió las calles en plena pandemia. Se ha entendido con todos los gobernantes, de uno u otro color. La feligresía católica lo quiere.