Torino Economics prevé inflación de 23 millones por ciento para Venezuela en 2019

La firma de análisis económico estima que las exportaciones venezolanas continuarán en caída este año, por lo que muy posiblemente que el país deje de pagar algunos bonos de deuda con los cuales cumplió en 2018
Torino Economics publicó su primer reporte de 2019, titulado El año que empieza, revelando sus principales estimaciones sobre el desempeño de la economía venezolana durante este año, en el cual espera que sea otro período de contracción económica e hiperinflación para el país.
«La ausencia de un programa de ajuste macroeconómico coherente, aunado a los menores niveles de producción petrolera y la caída de los precios del crudo, implica que el país tendrá acceso a una cantidad sustancialmente menor de ingresos en divisas que en 2018», señaló en el informe
Para la firma, en este contexto, será “casi imposible evitar otro año de profunda recesión”. Calcula que la economía se contraerá 11,8% en 2019, para una caída acumulada de 51,8% desde 2013, motivada por una significativa dismimución de las exportaciones petroleras y por distorsiones generalizadas a nivel micro, además de grandes desequilibrios macroeconómicos.
En este sentido, considera que será casi imposible para la administración de Nicolás Maduro implementar una estabilización exitosa. Como consecuencia, se espera que la monetización del déficit continuará impulsando la inflación, que alcanzará una cifra cercana a los 23 millones por ciento en 2019, una cifra tanto histórica para la economía venezolana como exhorbitante.
Caerán en impagos con otros acreedores
En cuanto a la deuda externa, Torino Economics calcula que el país seguirá acumulando superávits de cuenta corriente, dado que no tiene acceso a financiamiento externo. Estos fondos, estima la firma, son destinados al pago de deudas con China, Rusia, tenedores del bono Pdvsa 2020 y algunos procesos arbitrales del Ciadi (Banco Mundial), como el caso de Gold Reserve, ConocoPhillips y Crystallex.
«Calculamos que, para amortizar estas deudas, el país pagó 7,9 millardos de dólares en 2018, lo que consumió una buena parte del superávit de cuenta corriente de 2017», detalla
Sin embargo, la acumulación de superávits será difícil a partir de 2019, cuando empiece a tener efecto la escasez de divisas producto de la caída de la producción petrolera y la baja en los precios. «Esperamos que las exportaciones caigan de $30,1 millardos a $20,7 millardos, una reducción de 31,2%. Mantener el mismo superávit requeriría reducir las importaciones en $10 millardos, lo cual claramente no es posible. Consideramos que las importaciones de bienes y servicios caerán $4,5 millardos«.
Por lo tanto, el superávit de cuenta corriente pasará de $5,7 millardos en 2018 a apenas $2,4 millardos en 2019, según los cálculos incluidos en el informe. «La implicación de esto es que Venezuela podrá servir incluso menos deudas en 2019 que las que pudo pagar en 2018. En otras palabras, excluyendo la posibilidad de una importante recuperación de los precios o de la producción de petróleo, creemos que Venezuela entrará en impago con algunos acreedores a los que hasta ahora ha encontrado la forma de pagarles«, indica la firma.
Hasta los momentos, Venezuela ha cumplido con sus compromisos en cuatro categorías: China, Rosneft, los tenedores del bono Pdvsa 2020 y arbitrajes internacionales. Para poder lograr la reducción del superávit de cuenta corriente que la firma estima necesaria, el país tendría que dejar de pagarle a al menos uno de estos de acreedores
Bajo este escenario, Torino Economics estima que un default con Rosneft es más probable que el impago de los compromisos con China. «Las empresas mixtas con Rosneft abarcan actualmente 11,2% de la producción, un poco menos que el 13,9% que representan las empresas chinas, y no han aumentado su producción tan rápidamente como estas últimas».
Además, considera probable que el gobierno contemple no pagar la amortización del bono Pdvsa 8,5% con vencimiento en el año 2020, garantizado por las acciones de la casa matriz de Citgo, el brazo refinador de Pdvsa en Estados Unidos. Del mismo modo, es posible que incumpla con los compromisos adquiridos por procesos de arbitraje internacional, como el caso de Crystallex, cuya estrategia de ejecución se ha concentrado en buscar el embargo de la refinería.
“Creemos que el valor de Citgo para Venezuela es limitado dado la incapacidad el país para extraer dividendos o sacar provecho de sus activos. En la ausencia de las sanciones estadounidenses, el nuevo dueño de Citgo probablemente mantendría la relación comercial con Pdvsa. Por lo tanto, dado del costo del default con otros acreedores, vemos cada vez más probable que las autoridades consideren no pagar las obligaciones con los tenedores del bono Pdvsa 2020, cuyos títulos están garantizados por derechos sobre los activos de la refinería venezolana en Estados Unidos”, indica el informe.