Trabajadores de Sidetur protestarán en la CVG el #26Jul para exigir mejores sueldos
Los trabajadores de la compañía estatal tuvieron dos reuniones sin éxito y pretenden entregar un documento al presidente de la CVG
Los trabajadores de la Planta Casima del Complejo Siderúrgico Nacional (antigua Sidetur) anunciaron que el lunes 26 de julio acudirán a la sede de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) con el fin de hacer presión para lograr mejoras salariales.
Se tiene previsto que los trabajadores entreguen un documento a las autoridades de la CVG, presididas por Pedro Maldonado, a quienes también le pedirán mejores sueldos.
Estos obreros, según el Correo del Caroní, sostuvieron dos reuniones con los representantes de la estatal el miércoles 21 y viernes 23, pero no obtuvieron resultados satisfactorios a sus peticiones.
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Entre los más afectados por esta situación los trabajadores de nómina diaria, ya que cobran en promedio unos 20 millones de bolívares semanales que resultan insuficientes para cubrir sus necesidades básicas.
Desde que retomaron los reclamos en 2021, los trabajadores han señalado que cobran menos que empleados de otras estatales inoperativas. Una persona que está en la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) cobra entre 170 y 200 millones de bolívares mensuales, sumado a bonos de entre 30 y 50 dólares dependiendo de la asistencia, el área y la meta productiva.
Reportan que la estatal está paralizada desde hace más de tres meses por falta de materia prima y los trabajadores han llamado a no reactivar operaciones hasta lograr mejoras económicas. Tampoco han discutido un contrato colectivo desde 2008 y aunque firmaron actas convenio que superaron beneficios del último contrato, en 2018 el gobierno nacional impuso el memorando 2792.
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Recientemente se inició el desmontaje de las 360 celdas del complejo II de Venalum como parte de un proceso que la estatal realiza como parte del proyecto de “adecuación tecnológica de las celdas de reducción electrolíticas de 500 KAmp”, criticado por trabajadores de la reductora.
El desmontaje del complejo II pone en riesgo al menos 350 empleos directos, que estaban asignados a las líneas III y IV, además de los empleos indirectos de las transformadoras de aluminio.