¿Un misil contra Amuay? Pedro Carreño tiene cosas que explicar

Luego de más un lustro denunciando complots, Nicolás Maduro ha desbloqueado un nuevo nivel en su discurso. Durante sus años en el poder ha afirmado haber detectado planes, apresado «agentes», desmontar conspiraciones. Años en los que han mostrado teorías grotescas, como aquello de apagar la Hidroeléctrica de Guri -altamente militarizada por ellos mismos según la narrativa oficial- con un rifle , cuya hipótesis se soslayó con las del ataque electromagnético.
En otras oportunidades han afirmado que detenidos en parajes remotos del país andaban en componendas porque cargaban fotografías de dirigentes del chavismo en morrales, mapas y demás, como si el centro del poder no estuviera en Caracas, o si no existiese Google Maps o las fotos digitales.
Ahora se afirma que Amuay no explotó, como ha ocurrido tantas veces en esa y otras plantas de Pdvsa arropadas por la desidia y el «chavismo way of life», sino que fue atacada con «un misil a distancia por un dron o embarcación».
Si Tareck El Aissami tiene razón, no quedaría otra que pensar que también nuestro apresto defensivo está, como Amuay, por el suelo.
En 2018 Pedro Carreño se ufanaba en La Hojilla de que Venezuela tenía «el sistema antiaéreo más moderno de este planeta», y que si a Donald Trump se le ocurría tan siquiera enviar una mosca armada sería detectada y derribada.
Ese sistema antiaéreo que Carreño decía estaba listo para atender «amenazas» desde el Imperio en teoría se fundamenta en los 10 radares chinos del tipo JYL-1 adquiridos a la empresa Cetec por 150 millones de dólares entre 2005 y 2006. Además, también se han activado radares de tecnología rusa.
En 2019 el Ministerio de la Defensa informó que había recibido radares chinos JY-27A 3D «de largo alcance», construidos por la misma empresa Cetec, haciendo aún más vergatario ese «sistema antiaéreo más moderno del planeta» del que hablaba Carreño.
¿Entonces qué pasó? ¿Cómo es que un misil llega hasta Amuay -que se supone está militarizada, además, y bajo cuidados especiales por ser una industria estreatégica-? ¿Cómo es que un dron pudiera volar por ahí lanzando cosas, si tuviera razón El Aissami, si ser detectado?
Pedro Carreño, danos luz… que Corpoelec no ha podido.