Una sola RRuta, por Teodoro Petkoff
Autor: Teodoro Petkoff
Esto no puede ser una competencia de machismo. Quisiéramos recordar que todas las veces que los sectores extremistas de la oposición han logrado arrastrarla a ese terreno, Chávez ha ganado y ha salido coyunturalmente fortalecido.
Estamos a muy pocos días de que el proceso de verificación de firmas para el RR termine. Con todos los tropiezos habidos, con todos los retrasos producidos, con todas las jugarretas que en algunos niveles del CNE han sido intentadas, el conteo está a punto de finalizar y el CNE tendrá que pronunciarse. No lo hará hoy, es evidente, pero lo hará.
La marcha de mañana, con exacto sentido de las proporciones, debe ser una expresión transparente de la voluntad democrática. La marcha no puede ser para forzar al CNE a decir lo que hoy no tiene cómo decir, porque la verificación no ha terminado, sino para evidenciar una fuerza social que no cederá en la exigencia del respeto a sus derechos pero sin lanzar ningún ultimátum. No hay que colocarse en posiciones de las cuales sea difícil o imposible devolverse sin perder la cara, o sea, sin quedar como habladores de pendejadas.
Sentido de las proporciones significa también derrotar la idea funesta de que esta es la “batalla final”, de que “ahora o nunca”. Eso es mentira. Esto no puede ser postulado como el desembarco en Normandía. Esta no es la batalla final y no es cierto que el camino del RR está bloqueado.
Siempre sostuvimos que es un camino erizado de obstáculos y de emboscadas pero que, hasta evidencia indiscutible en contrario, es el camino. Aducir que está cerrado, cuando eso no es verdad, no conduce sino a alimentar la ilusión antidemocrática del “atajo”.
La ruta democrática, con todas sus curvas, subidas y bajadas, ha sido recorrida con éxito hasta ahora. La crispación, la tensión insoportable que se vive en estos días, son propias de todo juego cerrado, pero no pueden ser ellas, ni tampoco la impaciencia, las que dicten la conducta de las fuerzas políticas. Los sectores más duros del régimen intentan aprovechar esa tensión para llevar la lucha al terreno que mejor dominan, el de la violencia. De eso son expresión los discursos “rodilla en tierra” de Diosdado, las declaraciones del autoproclamado provocador profesional, el “campamento” de Lina Ron, las amenazas cada vez más truculentas, los abusos de poder.
Caracas amaneció hoy llena de volantes que plantean el 13 de febrero como “tope” y claramente proponen el esquema del 11A. Se puede apostar que esto es obra de laboratorios de guerra sucia. Fácilmente se le ven las patas al caballo. Hacerle el juego a estas posturas sería un error garrafal.
No se vaya ahora a poner en bandeja de plata el pretexto para que el tren de la ruta democrática se descarrile. Y el Gobierno que amarre a sus locos, porque su responsabilidad en garantizar la paz es mayor que la de ningún otro protagonista.