Venezolanos resolvieron la crisis del transporte a punta de cola y patica
En 2018, el sector transporte vivió en un tira y encoge eterno con el Ejecutivo que se tradujo a denuncias de usuarios por cobros inflados del pasaje
Para el pueblo de Venezuela, desplazarse de un lugar a otro durante 2018 fue una calamidad. A la falta de medicinas, de alimentos y productos de higiene, fallas en el suministro de la luz y del agua, se sumó la escasez de unidades de transporte.
Ni el Metro con sus recurrentes y eternos retrasos fue una alternativa para apresurar la llegada de estudiantes y trabajadores del país a sus destinos. Miles de ciudadanos dejaron de esperar durante horas una “camionetica”, que en muchas ocasiones jamás llegó, para deambular en aceras y autopistas con el objetivo de ser puntuales en sus compromisos.
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La solución que dio el gobierno de Maduro, junto a sus alcaldes y gobernadores, fue activar “las perreras”, camiones 350 desprovistos de seguridad en los que para mediados de este año ya habían perdido la vida 39 personas y 275 habían resultado heridos, según denunció la diputada a la Asamblea Nacional por el estado Zulia Nora Bracho, así como el presidente del Comité de Usuarios del Transporte Público, Luis Salazar.
Uno de los casos más recientes de muertes por perrera fue el de un niño de dos años que cayó del 350 que trasladabaa varias familias en el municipio Morán del estado Lara.
El tira y encoge
En 2018, los transportistas vivieron en un tira y encoge eterno con el Ejecutivo que se tradujo a denuncias de usuarios por cobros inflados del pasaje. Se caracterizó además por el establecimiento de tarifas fugaces y conversaciones con el gobierno, que al cierre de este año no han llegado más lejos que decretar un precio del pasaje que fue respetado fugazmente por los chóferes, que terminaron cobrando precios muy superiores amparados en el avance de la inflación.
El 2017 cerró con un incremento en las tarifas del pasaje; un aumento que elevó el costo del pasaje urbano a Bs. 1.000 (un alza de más de 40% para ese entonces). Los transportistas, no obstante, pidieron revisar el monto en las primeras semanas del 2018 por considerar que el precio acordado se había vuelto sal y agua.
El bolsillo de los venezolanos fue el más afectado por los recurrentes aumentos del pasaje que se hicieron prácticamente cada mes, con el argumento de altos costos que hacían imposible mantener la operatividad de la flota.
Crónica de una muerte anunciada
La falta de repuestos y los altos costos para adquirir los que se conseguían en el país, dejó sin autobuses las arterias viales. A mediados de este año, el presidente del Bloque de Transportistas del Oeste de Caracas, Hugo Ocando, estimó que 80% de las unidades estaban paralizadas debido a que dependen en un 99% del Gobierno nacional, que no suministra los insumos necesarios para subsistir, reseñó El Universal.
La caída del parque de unidades de transporte fue un suceso que los profesionales del volante advirtieron al gobierno de Maduro. Ocando dijo que los agremiados se han mantenido «en el limbo» debido a que con el precio cobrado «no podemos comprar insumos a dólar libre».
No obstante reconocer que el Estado ha surtido algunas unidades con aceite y cauchos, el vocero afirma que solo se ha logrado abastecer una pequeña parte del parque.
Sin frenos
La situación del transporte con la llegada del segundo semestre del año no fue diferente, solo que los usuarios ya estaban resignados a no conseguir una unidad en la cual transportarse y a pagar cualquier costo por abordar la que apareciera.
El Gobierno intentó apretarle el cinturón a los conductores con un nuevo mecanismo de control, el censo de transporte. La medida, según el ministro de Comunicación Jorge Rodríguez, se trató de «un poderoso mecanismo de subsidio directo, para lo que estamos solicitando a todo el que tenga un vehículo que rellene los datos en la plataforma patria (www.patria.org.ve) para tener un registro completo, total y actualizado del parque automotor».
Se pudo conocer que este registro estaría asociado al carnet de la patria y el objetivo sería el “uso racional” de la gasolina mediante una nueva política energética. Los conductores le pusieron freno al ordenamiento del Ejecutivo argumentado que el sector ha sido sometido a diversos registros en los últimos años y hasta ahora no han visto mayores beneficios.
El 3 de agosto, los transportistas en Caracas protagonizaron una caravana por la avenida Francisco de Miranda a la sede del Ministerio de Transporte en reclamo por el déficit de insumos y repuestos.
#Caracas Av Fco de Miranda. Transportistas protestas por falta de repuestos. pic.twitter.com/gB9wPSk9CA
— #EsNoticia (@Es_Noticias_ve) August 3, 2018
En definitiva, el gobierno no ha logrado satisfacer las demandas del transporte. Los profesionales han pasado el año argumentando que el monto cobrado no les alcanza, lo que les obliga a un constante aumento que no se apega a lo establecido por el Ejecutivo. Ante el descontento manifestado por los transportistas en protestas y paros, el gobierno ha llamado a acudir a mesas de diálogo para definir tarifas y supuestas medidas compensatorias que siguen sin concretarse.
De cara a los usuarios, los constantes aumentos del pasaje son tomados con normalidad debido a que antes de hacerse oficiales han pagado mucho más del precio acordado. Lo expresado por los usuarios es que “si con los ajustes las camionetas aparecieran, las cosas fuesen distintas”.
Ya casi al cierre de este 2018, el precio de pasaje se fijó en en 5 bolívares soberanos para las rutas cortas y 10 bolívares en las rutas largas. Los conductores han aseverado que no dudarán en ajustar las tarifas ante la falta de respuestas de Maduro.
«Los transportistas no podemos seguir esperando que el Gobierno decida cuándo se puede ajustar el pasaje», dijo Pedro Jiménez, presidente del Bloque de Transportistas del suroeste de Caracas.
Este año cerrará con casi un 90% de las unidades del transporte paralizadas. El sector trabaja a su mínima capacidad, y los medios alternativos no son opción debido a la baja calidad de servicio que presta.
El pueblo venezolanos despide el 2018 caminando para hacer las compras navideñas, saliendo o regresando a sus hogares y citas tal y como lo iniciaron durante todo el año: resolviendo a punta de colas o con el carrito de Fernandos (un rato a pie y otro caminando).