Venezuela del timbo al tambo, Reinaldo J. Aguilera R.
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En una oportunidad, leyendo alguno de los maravillosos libros del nobel de Literatura 1982 Gabriel José de la Concordia García Márquez, me encontré con una frase tan latinoamericana, tan nuestra y que a veces muchos no entienden y es sencilla. Decía algo más o menos así: «Después de tanto andar del timbo al tambo»…, llegué a la conclusión simple de que es una expresión que se refiere al hecho de andar de un lado a otro sin rumbo definido; pues así observo que en este instante está nuestro país, como en un limbo.
Algo en lo que muchos piensan, por una parte, es en lo difícil y complicado que quizás sea todo el proceso de adelantar una cierta y correcta recuperación económica en Venezuela. Será sin duda una tarea primordial después del desastre que ha causado y aún causa el chavismo y sus políticas totalmente erradas, que no han dejado ni una sola acción favorable para la colectividad. Ni una.
Por otro lado, también habrá que poner atención en la institucionalidad severamente afectada y corrompida, que comprende todas las áreas de la vida de nuestro querido país; hablo del aspecto social, cultural, económico, policial, militar y paren ustedes de contar, es algo inimaginable para el venezolano de a pie.
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Vale la pena poner el foco nuevamente en el proceso que aún no avanza del todo, llamado negociación, entre factores de oposición y el régimen chavo-madurista que mal gobierna el país. Por el momento parece que fuera en un solo sentido.
La semana pasada, una delegación de la oposición venezolana visitó Washington, intentando coordinar posturas definitivas de parte de la administración Biden, sobre las inminentes negociaciones con el gobierno de Nicolás Maduro. Ciertamente, esperemos que no se quede en el paseo de los integrantes de dicha delegación y que la gira rinda sus frutos.
El punto de ver los resultados de la gira mencionada tiene mucho que ver con que prácticamente, en paralelo, se está avanzando a pasos agigantados en la ejecución del cronograma electoral de las megaelecciones regionales que, contra viento y marea, se celebrarán en el mes de noviembre del presente año. Parece que no tiene nada que ver una cosa con la otra, por el contrario, todo está íntimamente ligado, ya que si no se logran acuerdos satisfactorios para ambas partes, sobre todo para la oposición, la participación y la elección efectiva de actores diferentes al chavismo puede verse afectada.
Unilateralmente, Nicolás está hablando de acabar con los protectorados en las regiones. Para quienes no manejan o no entienden lo que significa, les explico de modo fácil de entender. En procesos electorales anteriores, en toda región, léase estado de Venezuela o incluso en municipios, donde el chavismo ha perdido, entonces se designó un «protector». No es más que una figura que actúa en paralelo y que recibe entre otras cosas Situado Constitucional y maneja estructuras de gobierno entendiéndose con el poder central, dejando en la orfandad a los líderes legítimamente electos.
Por ejemplo, en el 2017, Nicolás Maduro, nombró como «protectores» de las entidades ganadas por la oposición a cuatro excandidatos oficialistas a gobernadores, quienes perdieron en las elecciones regionales del 15 de octubre de ese año.
Maduro se refirió en esa oportunidad a la creación de cuatro protectorados en los estados Zulia (oeste), Mérida (oeste), Anzoátegui (este) y Nueva Esparta (noreste insular) que funcionarán como órganos paralelos dispuestos por el Ejecutivo para garantizar la gobernanza en dichas regiones. Más claro no canta un gallo. Esa es la manera de actuar de «ellos» y hasta el momento no existe garantía alguna de que algo así no vuelva a suceder, por eso es que hablamos de que se concreten puntos específicos si se negocia y que dichos acuerdos sean realmente respetados.
En cuanto a la economía que parece no tener ni pies ni cabeza, se ha filtrado un hecho que parece irreal, no es otra cosa que el anuncio de parte de régimen, respecto a una nueva reconversión monetaria. El asunto es tan inminente que las instituciones financieras y entidades bancarias venezolanas solo esperan que se oficialice.
Se calcula que la medida eliminará nuevamente entre cinco y seis ceros al bolívar, opacado en los últimos años por las divisas y más aún por el malvado dólar, que ha servido para enfrentar la galopante hiperinflación que no tiene control alguno.
Así pues, estando aún Venezuela en medio de la pandemia de covid-19, sin tener control y con muchos falleciendo a causa de esto, nadie parece tener un norte definido y se hace imperante tomar acciones que reconfiguren el panorama, sea como sea, independientemente de los escenarios que cada quién maneje, la verdad es que se respira que, la crisis venezolana dista mucho de albergar alguna solución satisfactoria y de consensos en el corto plazo.
Todo dependerá, en gran medida, de la presión internacional ante un descarado régimen madurista muy desacreditado en el exterior, pero atornillado en el plano interno, con Cabello y los demás manejando sus cuotas de poder y con una oposición que todavía luce dividida. Esperemos que se logre lo que todo ciudadano de bien quiere y merece, que no es otra cosa que un país normal para vivir y desarrollarse. Así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. es Abogado. Master en Gobernabilidad, Gerencia Política y Gestión Pública de George Washington University/UCAB.
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