Venezuela no se rinde, por Inti Rodríguez
Autor: Inti Rodríguez | @intiamaru79
Pocos espacios del país poseen tanta legitimidad y pertinencia histórica para simbolizar la resistencia y los anhelos de transformación social de los venezolanos como el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela. Bajo las nubes de Alexander Calder, un Aula Magna repleta de la más variada representación de la sociedad civil venezolana, coreo este martes las consignas de siempre reivindicando el libre pensamiento y la pluralidad, y exigiendo el retorno a la democracia en medio del avance oscurantista del militarismo madurista.
El acto por la democracia: “Venezuela no se rinde, es hora de cambiar”, organizado por gremios, sindicatos, estudiantes y organizaciones de la sociedad civil, reunió en la casa que vence las sombras a más de 3.500 personas entre trabajadores, estudiantes, profesionales, activistas sociales y políticos, con la intención de enviar un mensaje de unidad y esperanza para ratificar el compromiso de luchar por la democracia y los derechos humanos.
“Dale Letra”, “Las Piloneras” y otras expresiones organizativas de protesta pacífica, animaban la previa al evento en la Plaza Cubierta de la UCV como un preludio del espíritu de esperanza, optimismo y resistencia que marcaría toda la actividad. El orfeón universitario inauguró la jornada entonando el himno nacional para dar paso a las palabras de bienvenida de la rectora de la UCV, Cecilia García Arocha, quien reiteró el papel de la Universidad venezolana en la construcción de la democracia y la defensa del pluralismo político.
“En esta Aula Magna están presentes todos, los que creen en el marxismo y los que defienden el liberalismo, los trabajadores del campo y la ciudad. Todos defendiendo el libre pensamiento”, expresó Víctor Márquez, presidente de la Asociación de Profesores de la UCV (APUCV), organizador y moderador del evento, y añadió antes de dar inicio a los derechos de palabra: “el país nos necesita a todos, nuevas luchas vendrán y esperamos contar con todos”.
Una variada representación del mundo sindical, gremial y estudiantil asumió el derecho de palabra en el primer bloque de intervenciones. El mensaje común fue la necesidad de articular las luchas, promover la solidaridad y enfrentar por las vías pacíficas y constitucionales el avance de la dictadura en Venezuela. “¡Ninguna intervención extranjera! Será la lucha del pueblo venezolano la que derroque la dictadura y la tiranía”, dijo José Bodas, Secretario General de la Federación de Trabajadores Petroleros de Venezuela (FUTPV) en uno de los discursos más encendidos y ovacionados del evento.
Mientras se desarrollaba el acto de forma pacífica, la dictadura rodeaba las entradas de la UCV con efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana y equipos antimotines, en una clara demostración de su cariz autoritario y represivo. Pero eso no importó, el mensaje era resistir ahora y siempre.
Educadores, empresarios, disidentes del proyecto político bolivariano, activistas sociales y políticos, dirigentes estudiantiles y sindicales, periodistas y miembros de la iglesia católica, se comprometieron a luchar unidos por el rescate de la democracia en Venezuela. “No estamos dispuestos a seguir viviendo así, es hora de cambiar” exclamó emocionada la dirigente sindical y docente Raquel Figueroa. Por su parte, en un claro mensaje de compromiso por parte de la iglesia venezolana con la democracia, el sacerdote jesuita y Rector de la Universidad Católica Andrés Bello, José Virtuoso, expresó la necesidad de cambiar el rumbo del país: “decimos desde el dolor del pueblo, necesitamos cambiar de gobierno y de modelo. Exigimos el derecho a vivir en democracia”.
Al cierre de la jornada se leyó una proclama unitaria que plasma el aliento y las aspiraciones de esta iniciativa ciudadana, que nació de las preocupaciones de cientos de venezolanos ante el aumento del hambre y la pobreza, la represión y el autoritarismo, la entrega de las riquezas a las transnacionales, la corrupción y la indolencia del gobierno ante la crisis, y el cierre de la democracia en nuestro país.
En tiempos de desesperanza, desconfianza y escepticismo, la sociedad civil venezolana dio nuevamente una lección de resistencia y compromiso frente al autoritarismo y por el rescate de la democracia.
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