Volver a la Centralización, por Simón Boccanegra
Como en tantas otras cosas, la revolución se distancia de la idea descentralizadora. El concepto, les parece, un producto de la cuarta y, por lo tanto, buscan otros términos que, en el fondo, esconden el intento de sujetarlo todo al poder central que, en estos días que vivimos, es un poder unipersonal. El debate –mocho y de escasa profundidad– volvió a surgir en el Parlamento a propósito de la discusión de la Ley de Salud y del Sistema Público Nacional de Salud. El reciente y doloroso suceso de Los Magallanes ha replanteado la urgencia de cambios profundos en el sector salud. En los hospitales públicos hay tantas carencias como enfermos. El gobierno, que tan enemigo es de la boca para afuera de la privatización, tendría que oir con atención los testimonios de los pacientes y sus familiares que se las inventan para conseguir medicamentos y materiales por su cuenta. Las sesiones del parlamento no evidencian que el oficialismo esté en la onda de escuchar a otros, a quienes se les acusa de antemano de defender a las élites y los negocios con el tema de la salud. Al final, quien pierde, es el soberano, el pueblo por el que tanto se rasgan las vestiduras. Es un problema de fondo, vital para la población, que debería merecer de sus parlamentarios un compromiso mayúsculo en el desarrollo legislativo de este derecho fundamental. Con la salud, no se juega.