What happens?, por Simón Boccanegra
La mentira es tan consustancial al régimen que ya casi es imposible tomar en serio cualquiera de sus afirmaciones. Se puede dar por seguro que es una mentira. Desde luego que una comunidad de mentirosos es escenario frecuente de bomberos pisándose la manguera a más y mejor. El más reciente es la controversia entre la cónsul esa expulsada de Estados Unidos y nada menos que el propio Chacumbele. Dijo éste, para un acto de echonería y coba más, que ya los servicios de inteligencia nacionales («que ahora sí funcionan»,se jactó) habían detectado la intención de los gringos de echar a la funcionaria consular y que el gobierno se había anticipado trayéndola una semana antes.
La ex cónsul esa dio su propia versión, completamente divergente de la del Presidente. Ni la «inteligencia» había detectado nada y la muchacha había permanecido hasta ayer mismo en Miami recogiendo sus corotos. Cómo puede gobernarse con eficiencia si el Presidente y una funcionaria que está en el candelero no son capaces de coordinar la mentirijilla que iban a meter. Este minicronista tiene para sí que el Chávez de antes no habría dejado pasar media hora sin comunicarse con la ex consulesa, pero al de ahora se le pasan esos detalles, que en un caso que involucra nuestro pleito eterno con los gringos conforman una omisión inexcusable.
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